Nunca lo olvidaría.Al llegar a la estación del Norte en Oviedo, esposado y con dos guardias civiles a los lados, veía a las chavalas asturianas extrañadas de aquella imagen. Trasladado, gratis y con escolta hasta San Juan de Luz, sólo pensaba en los 10 días detenido por aquel Comisario Ramos y, sobre todo en los pedacitos de los documentos de aquel Congreso de las Juventudes Socialistas en Tolouse, y las direcciones de los compañeros en el interior, que gracias a la rabia de aquel hombre el ver el Morado, pude pasar sin ser descubierto, y que bajo el forro de la chaqueta le urgía desaparecerlos al llegar a Francia.Tenía 25 años y ninguna experiencia.
Jefe de Personal del Banco del Atlántico con 1,000 empleados a los 26, a los 27 empezó el nieto de Belarmino, la carrera de Ciencias Políticas y sociales, a titulo de suficiencia, que compartía con el trabajo en el banco.
Cual junior más, unos días en Acapulco en el hotel Presidente, no sabía, al salir hacia la playa, lo que iba a pasar aquel día de julio de 1968.
Rodeado del calorcito y las palmeras,en la radio del taxi, escuchó: ” Hoy a las 5 de la tarde manifestación del Movimiento Estudiantil”.Por alguna razón, de inmediato de le dijo al taxista al hotel, donde pagó,y se fue al aeropuerto,donde 40 minutos de vuelo le llevarían a la ciudad de México.Allí, otro taxista y, de pronto, encontró al pueblo mexicano.Maleta en mano recorrió 8 kilometros de San Tomás al Zócalo, conmovido, tras estar en esos años en la “política del exilio.”
La lucha era una huelga general. A las 8 en la universidad de jesuitas, ya estaba parado su salón, a las 11 toda Ciencias Politica y al día siguiente la tercera parte de la Universidad estaba en huelga y el nieto de Belarmino en el Consejo Nacional de Huelga.
Los tres meses de dicho movimiento, las manifestaciones de cientos de miles, el grito paralelo en Ciudad Universitaría, merecen capitulo aparte.
Enviado por el banco para abrir una sucursal en San José Iturbide en Guanajuato, al llegar al hotel fue detenido acusado de fomentar la huelga en ese estado.
A los 25 había estado en Pumarin, detenido por español ya los 28 de Guanajuato por mexicano, empezó su vida el nieto mayor de Belarmino.
Echado del Banco y de la Universidad, ya diplomado y maestro, en 1971, el día de los Halcones, empezó con Heberto Castillo, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Rafael Aguilar Talamantes y Demetrio Castillo(ambos los máximos lideres estudiantiles y ferrocarrileros del pais ambos presos ), la organización de una nuevo partido político en México.
De aquellos seis, ante un marco coyuntural y tras dos años de trabajo, surgió el Partido Socialista de los Trabajadores, del cual sería el hijo de Pura, fundador y dirigente durante 20 años del que que sería el primer partido en 16 años en tener registro en México, y que sería una parte del esfuerzo nacional que dirige López Obrador.
En aquel momento surge el Congreso de Surennes, a cuyo regreso su madre le dice: “hijo acabamos de elegir a un Primer Secretario muy majo. Viene en un mes, ¿ podrías enseñarle la ciudad de México y prepararle su primera conferencia de prensa?.
Y así conocí a aquel muchacho de chaqueta de pena, simpático, que bebía toda la ciudad de México, cada rincón.El mismo, que con su mismo trato, lo recibió 4 veces en La Moncloa, para tratar de combinar esfuerzos entre España y México
A la muerte de Franco, la vida Rafael, entronco dos procesos: el mexicano, el principal y el español siempre en sus genes.
En 1976, estaba en el Palacio de Congresos, de Madrid, asombrado de la organización de aquel Congreso con Olaf Palme, Wiily Brant y Francoise Mitterand.
De la política del exilio, siempre con sus genes dentro, esa fue la forma en que un chaval entroncó dos pueblos, el mexicano y el español.
En 1977 estaba con su padre en Oviedo buscando un local para formar u despacho laboralista que sería la base de la nueva FSA.
Así se cerró el circulo entre aquella llegada en el ALSA, y aquella llegado a Ranón. Habían transcurrido 10 años.