Yo le debo a la doctora Susana Mallo y a su gran equipo, cinco años de mi vida.Tras 67 años años de nadar en todos los mares de México, ya en Acapulco a los 15 años, en los Cabos a los 17, en todo el Golfo y el Pacífico y en los últimos 20 años en el Caribe,  casi sin protección más que aquel aceite de coco inolvidable de Acapulco, al llegar a Gijón, con su tenue solecito, un día mi piel protesto y tuve un melanoma, un cáncer de piel en una pierna.

Y entonces caí en manos de una dermatóloga, mi dermatologa, mujer joven, pero que me demostró no sólo su capacidad sino el equipo de lujo que la rodea. Me operaron hace 5 años, en la pierna y en el ganglio de esa pierna, en Cabueñes , quitaron los bordes en la pierna y me abrieron el ganglio.

Y, como de un papá se tratara, aquella mujer y su equipo, escrupulosamente me cuidaron con pruebas periódicas, sobre todo los 5 primeros años, para saber si se había extendido, hasta que los cumpli sin ningun problema.

He manifestado siempre en este blog, la excelente medicina pública de Asturias. Primero fue con mi doctora de Cabecera doña Celia Tamargo recién jubilada. Y ahora quiero dejar constancia del trabajo impecable de la doctora Mallo y su equipo.

Su calidad humana, me lo mostraba, cuando me sugería unas cremas para la piel, inalcanzables con mis 11 euros diarios con los que vivo desde hace 15 años, y me regalaba y regalaba sus muestras que le mandaban el laboratorio.

Hoy, a mis 82, habiendo superado este cáncer y la Covid, y con na analitica envidiable que me dieron anteayer,feliz de los primeros 82, seguiré con ilusión lo que siga. Acabo de cmplir 60 años consecutivos de trabajar, el verdadero motor de la vida y aquí sigo….

( Hace 5 años, cuando me pusieron anestesia total en Cabueñes, saben la anestesista y la doctora que me operó que, al decirme, al recuperarme ” Me reconoce Rafael”. Por supuesto usted es la doctora y quiero decirle que en  cuanto me recupere saldré a las calles a defender la sanidad pública)

En el subconsciente del nieto mayor de Belarmino Tomás, surgieron esas palabras, que habrán desconcertado a la doctora y la anestesista.