Situémonos cualquiera de nosotros con nuestros hijos, padres y familia en la Franja. Todo obscuro, cercados los gazaties por los israelitas, como en el año 76 ellos los fueron, 1,000 de ellos, en Masada por los romanos, que los llevó al suicidio colectivo.
Dos semanas, esperando a la muerte sin esperanza, conversando si morir todos juntos o divididos para que alguien sobreviva y cuenta la historia.Sin agua, sin alimentos, sin electricidad ahora ya sin internet ni cualquier comunicación.. Bombardeos incesantes día y noche que ahora se intensifican como nunca.
Sin esperanza, no hay mas esperar la muerte.Dos millones de mujeres, niños, hombres, ancianos, bebés, que ni siquiera puedan llamar al hospital, donde mueren cada 15 minutos un niño.
En un territorio dos veces la ciudad de Gijón. En este momento entrando el ejercito por el mar, cual Almirante Cervera en San Lorenzo lo hubiera.
Dios, ¿ donde estás ?
Cercado el infierno, todas las potencias, toda la comunidad internacional, la resolución de las Naciones Unidas aplastante, si hacer nada, impasibles, mientras millones viven a través de la televisión ese genocidio en vivo, no queda más que esperar a la muerte.
Tristeza. Decía el poeta ruso: ” Cada vez que muere un ser humano, muere una parte de mi “.
Impotencia…….