Habían pasado tres meses de que el gobierno de la Nación, había lanzado aquel bazukazo contra aquel edificio histórico que era la Preparatoria No 1, en la calle de San Ildefonso., en el corazón de la ciudad.
Esa acción, prendió los ánimos de centenares de miles de estudiantes de todo el país, que se organizaron de tal forma, con dos representantes de cada escuela que entraba al Consejo Nacional de Huelga, creando el instrumento para luchar por sus demandas, y generó durante tres meses una agitación social que fue creciendo.
El gobierno a la defensiva, con la política del garrote que bien conocemos en España, provocó el crecimiento de aquel pequeño encuentro entre la preparatoria Isaac Ochoterana y la Vocacional 2, en la Plaza de la Ciudadela,hasta que se convirtió en un riesgo para el propio sistema.En las noches en los dos enormes centros educativos principales, miles y miles y jóvenes muchachas y jóvenes muchachos, pintaban las mantas,, preparaban los volantes, se organizaban para el día siguiente y convivían.
Amores se deshacían y amores se creaban, mientras en las mañanas brigadas de ellos pasaban por los mercados donde los propietarios de los puestos les obsequiaban los limentos durante tres meses, mismos que eran llevados a aquellos enormes jardines de la Ciudad Universitaria, entre murales,facultades y el estadio para 60,000 personas, y ahí se preparaban las comidas, los cafés, se discutía.Aquella Ciudad Universitaria de la UNAM (hoy la única en habla hispana entre las 100 universidades mas importantes del mundo, es la 34.La Complutense la 118) sede de la universidad pública con capacidad para 300,000 estudiantes y cuyo costo era de unos 8 euros anuales.
Ante la cerrazón total de los medios de comunicación, la imaginación de aquellos muchachos, pintaba los tranvias con las principales demandas , que leían más tarde en toda la ciudad las parejas sentados esperando el tranvia; colocaban mantas con las demandas en el lomito de los miles de perros callejeros que encontraban y los soltaban por la ciudad.
En la noche a partir de los 7 de la tarde hasta el amanecer, aquel organismo de dirección, de 500 personas, lento, pero representativo, discutía día con día la situación y las medidadas a tomar. Era tal el prestigio del CNH entre la población que a una llamada de ellos,el pueblo salía a las manifestaciones de más 300,000 hombres y mujeres que recorrían del Museo de Antropología hasta el Zocalo, ante el Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana, unos ocho kilómetros.
Un día, ya el 20 de septiembre , el autor que venía de su trabajo de Jefe de Personal en el Banco del Atlántico, filial del BNP de París, y que era el dirigente de la principal universidad privada donde estudiaba a los 28 años la carrera de sociología, observó al terminar el trabajo e ir a a la diaria reunión a las 7 de la tarde , la entrada del Ejercito y la toma de la Universidad.
Casi todo empezó a volverse clandestino hasta que un dos de octubre, hace 47 años(los mismos del 68 de París), se convocó a una manifestación de unas 10,000 personas en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. Se llamaba así por que coexistían los restos del pueblo azteca de Tlatelolco y sus ruinas; las Iglesia del Virreinato y con conjunto habitacional de 12 edificios, uno de los cuales, el Chihuahua, cerraba aquella plaza.En el edificio Chihuahua vivían familiares de Placido Domingo y Pepita Embil, padres de Placido Domingo.
A las 8 de la noche empezaba el acto. En la plaza 10,000 muchachos y muchachas, hombres y mujeres.En el 3er. piso del edificio Chihuahua los oradores del CNH y, casi imperceptibles, en el 7o. piso varias docenas de hombres vestidos de civil que pasaban por vecinos.
A esa hora los asistentes, empezaron a verse rodeados por el ejercito.Los oradores llamaban a la calma. Nadie se movía del lugar. el ambiente era tenso.
A las 8.15 de la noche sobrevovoló la plaza un helicóptero, quien de pronto soltó una bengala.
A esa señal, los francotiradores del 7o piso(policías) empezaron a disparar al ejercito y un balazo hirió al General Hernández Toledo que estaba al frente. Al verse agradedido el ejercito empezó a disparara a mansalava sobre la multitud.
En minutos, la Plaza de las Tres Culturas, se tiño de rojo.Por los escalones escurría la sangre, mientras que huyendo los asistentes se dirigieron, una parte a la Iglesia, cuyo sacerdote cerró a cal y canto.
A los 15 minutos llegaban camiones del ejercito que cargaban los cadáveres; ambulancias que recogían a los heridos y una hora más tarde los camiones de limpieza de la ciudad, limpiando cualquier rastro de lo ocurrido.
Oriana Fallaci, la gran periodista italiana se encontraba allí, y estimó en 500 los muertos.
Esa noche el cielo de la ciudad de México empezó a recibir bocanadas de humo negro que salía de los hornos crematorios del Campo Militar No. 1.
Allí iban las cenizas de una parte de la flor de la juventud mexicana,cuya acción con todos los integrantes de aquele Movimiento Estudiantil Popular, inolvidable en la vida de todos los que lo vivimos, propició la reforma política que a partir de 1970 cambio el país.
Hoy en Asturias, a 47 años de aquel 2 de octubre de 1968, de la Matanza de Tlatelolco, vayan estas líneas en recuerdo de aquellos 500 muchachos y muchachas que dieron su vida por cambiar el país.