Hace 80 años que no se escuchaba esta frase.No es casual, como no lo fue el Levantamiento de Franco, y lo ha dicho, no es de extrañar, el lider de  la derecha y la extrema derecha: Pablo Casado.

Durante áños se acusaba a los nacionalistas catalanes, quienes una parte de ellos hoy, el ERC, ha dicho que no hay independencia si no hay acuerdo con el Gobierno de España, y que todas las independencias siempre han sido producto de un acuerdo. Que un señor llamado Puigdemont, en Bruselas,de la derecha nacionalista,mantenga lo contrario y esté empujando a las calles al pueblo catalán este mes, significa que sólo una minoría de esa otra minoría del 46 % de catalanes, haya coincidido  con el el razonamiento de Pablo Casado, es digno de análisis.

Desde hace 85 años, nadie acusaba a los socialistas de “tratar de romper a España”.El viejo razonamiento fascista de los años 30 del siglo pasado, sólo puede darse cuando un caudillo,otro,de 37 años, está convencido  de ello.Tan obtuso razonamiento nos costó casi dos millones de muertos, exilados o reprimidos.

Hoy en Covadonga el Arzobispo de Oviedo, dijo las siguientes palabras al rey y la Princesa de Asturias: ” En estos momentos delicadísmos, pedimos por el bienestar de la Corona y aplaudimos la afirmeza de su discurso para poder mantener la integridad de la nación”.

¿ Alguien dijo, que hemos pasado página?, ¿ que hemos aprendido de nuestra historia?.Parece que nada.

Y no  pienso sólo en Casado, sino en el pensamiento obtuso de Susana Díaz, tomada de Gonzalez, de Guerra, de los expresidentes, que se negó a hacer un gobierno con Podemos y lo hizo con Ciudadanos, que va a toda velocidad para que no lo gane terreno Casado,

Argentina , hace 100 años la 8a. potencia economica mundial, hoy casi en la quiebra, ha perdido todo por que están atrapados en el fenómeno del peronismo.No evolucionaron.

Las elecciones de Andalucia serán sobre el 15 de noviembre.

Las generales no sabemos.

Lo que si apreciamos algunos, es de que nuevo en su historia, España vuelve a atorarse. De ser así, y ojalá me equivoque, las nuevas generaciones pagárán la factura.

Tristeza.