Reconozco mi error. La moneda en que a Picasso se le entregó por el Guernica no fueron dólares,sino francos franceses.
He aprendido en este retorno a la tierra de mis viejos en Oviedo y en la Sama de Langreo, lo lejos que está el pueblo español de sabeer lo que ocurrio no en 1648, no el Tratado de Utrech,mucho menos en que pensaban los viejos de todos al hacer aquella Constitución de 1931, tan avanzada que ahora no la creeriamos.
Es normal que en la dictadura no hablasen de la realidad, pero es que en la llamada Transición Gatopardista(no hay mas que ver ahora como están incrustado en casi todos los estamentos del Estado desde el Jefe del Estado, el Legislativo y el Judicial, entre militares retirados y hasta en policias en activo), nadie se atrevió a decir la verdad durante 40 años, y ello es irritante.
Tampoco se razonaba en el exilio mexicano sobre la realidad de los que perdieron la vida por defender la Segunda República.Aquello fue el exilio verde,nada que ver con los que murieron aquí, con los que sufrieron como en Pozo Funieres la represión de la dictadura; nada que ver con los combatientes de los maquís; con los que lucharon en la Segunda Guerra Mundial con los Aliados y por supuesto los que terminaron sus días en los hornos crematorios de Alemania.
Pero como olvidar a Cárdenas, que desde 19336, desde el Levantamiento mandó garbanzos y lentejas y los viejos rifles de que disponía.Como olvidar a Gilberto Bosques,enviado por Cárdenas que una vez localizado los 290,000 republicanos en los campos de concentración franceses, les hizo llegar aquella carta: “Todo el que sea español y refugiados por la guerra,orgullosamente mi país, les da asilo desde este momento”, cuando todas las puertas en el mundo estaban cerradas.
Pongamonos en su piel , ¿ se pueden imaginar lo que sintiero aquellas mujeres y hombres con esa carta salvadora?.
Ya he explicado en este blog, como Cárdenas, mando a Luis E. Rodriguez a salvar la vida del último Presidente de la República y por, olvidado por España, yace en Mantauban con la bandera mexicana en el feretro.
La URSS recibió a los 3,000 “niños de la Guerra”, pero se desconoce que México recibió 1,825 niños con sus maestros en Morelia, Michoacan bajo el cariño de Amalia Solorzano esposa de Cárdenas.
Duele, la ingratitud y la falta de memoria de una generación que intento, una vez más cambiar a España, donde a`pesar de los errores de ambos bandos, unos defendían la legalidad y otros no.
Reitero siempre. Mientras en España no se conozca su pasado, no tendremos futuro.