Los poderes de la Curia, agazapados después de acabar con Raztinger a través del método de las filtraciones, acaban de volver y están cercando a Francisco I. Era de esperar.Dos mil años de poder, 1800 a favor de las clases dominantes, con todas las desviaciones del pensamiento original de Jesucristo, en cuanto han vuelto sentir amenazados sus intereses, vuelven a merodear.
Su preocupación no es el aborto, ni los matrimonios entre homosexuales, es el poder económico que han acumulad,en todo el largo periodo de Juan Pablo II. Enterados fielmente de los acuerdos que están por firmarse entre Francisco I, a través del cardenal australiano , George Pell, responsable del IOR ( Instituto para las Obras Religiosas), con el Primer Ministro Italiano Matteo Renzi para transparentar la economía de la Iglesia, que llevaría a acabar con El Vaticano como Paraíso Fiscal, se han puesto en movimiento.
La táctica: divulgar filtraciones, como aquellas que acabaron en febrero de 2013 con Benedicto XVI. Ahora han iniciado otra para separar al Papa de sus principales colaboradores, y sobre todo de el cardenal George Bell.
¿ Por qué?. Francisco, en la limpieza del Vaticano, ha cerrado 3,000 cuentas y congeladas a otras 2,000 donde se percibía el lavado de dinero. Matteo Renzi, por su parte, ha celebrado acuerdos fiscales con Suiza, Liechtenstein y Mónaco y está a punto de cerrarlo, con el Vaticano con todo el apoyo de Francisco I.
Ratzinger era débil. Para llenar la Plaza de San Pedro se contrataban a jubilados que en autobuses y bocadillos incluidos, que hacían presencia los domingos.Con Francisco I ha sido diferente. Entendiendo los fieles lo que realiza el actual Pontífice, San Pedro se abarrota los domingos pero, entre esas multitudes, Francisco I, sabe que está sólo y que mientras no haga los cambios profundos en la Curia estarán al acecho de él, listos para atacar en cualquier momento ,aquellos lobos,agazapados, pero que tienen el miedo de que se cierre el acuerdo en marzo entre El Vaticano y el Gobierno Italiano.
Empiezan, un ataque que no se sabe como terminará, sobre teniendo en cuenta con lo que le pasó a Calvi, el Director del Banco Vaticano cuando empezaron a presionarlos esos poderes fácticos y la propia historia de la Iglesia Católica.
Para los que tuvieron en Roma, tan lejos de Italia, un paraíso fiscal en pleno Vaticano, esos acuerdos por firmar es la sovietización del Vaticano.
Nada más y nada menos.
Habrá que estar atentos