Aquellos tiempos, en que caída la URSS, Boris Yeltsin borracho hasta las trancas (que no pudo salir de su avión para entrevistarse con aquel mandatario europeo que lo esperaba en el aeropuerto por que no podía tenerse en pie),eran tiempos aprovechables.No fue casualidad que aquel individuo un día, supuesta mente bien aconsejado por Occidente, en plena debacle de la Unión Soviética, “les regalo Ucrania a los Ucranianos” y la sacó de Rusia.
“Que detallazo” dijeron algunos,sin saber el mar de fondo de lo que significaba geoestrategicamente entre Europa y Rusia y lo que significaría aquel oleoducto proyectado para, más temprano que tarde,sirviese para surtir de petroleo y gas ruso a Europa.
Cuando ayer Ucrania declaró la máxima alerta militar por las tensiones con Rusia, se iniciaba un capitulo nueve en el ajedrez jugado entre Putin y Occidente.
Putin, el nuevo Zar de los rusos,pueblo extraordinario pero que siempre ha tenido necesidad de tener a un Zar que los oriente y dirija para sentirse la Gran Madre Rusa,como lo fue con aquellos desde Ivan el Terrible en los 1,400, y luego en los 1,700 con Pedro y Catalina la Grande y más tarde con Stalin,sabe que tiene que avanzar en su proyecto.Ha dicho Putin, que “la mayor tragedia de Rusia había sido la caída de los Unión Soviética, y que luchará con todo para recuperar todos sus antiguos territorios. Primero lo hizo con Crimea y la parte este de Ucrania, e intentará un día tomar Sepastopol y más tarde irse tras Estonia, Letonia y Lituania.
En ese marco, la necesidad de petroleo y gas de una Europa casi sin recursos naturales energéticos tradicionales, los hizo dirigirse a Rusia y con ello juega Putin.
No debemos olvidar que el fin de semana pasado Putin se reunió en la capital de Azerbaiyan,con el Presidente de ésta nación y con el Presidente de IRAN, con el propósito de analizar la estrategia política y militar ante Occidente.Tampoco olvidemos que después de esa entrevista, al día siguiente, Putin recibió con una actitud superior a la de ningún Zar, nada menos que al triunfante presidente de Turquía Erdogan, quien vino a disculparse por haberle derribado un avión y a “empezar de cero sus relaciones”.
Mientras Erdogán lo llamaba “querido amigo”(fue el único que lo apoyó en el golpe de Estado de Occidente), Putin frío le decía “señor Presidente”, pero al final restablecieron una relación muy estratégica que si la ligamos con Azerbayan y con Irán, entenderíamos lo que pasa con Ucrania.
El oleoducto pasará finalmente por tierras de Azerbayan, de Iran y de TURQUIA, sin tener que pasar por Ucrania.De esta manera se le quita una baza a Europa y los Estados Unidos, al debilitarse el papel de Ucrania,sólo en el camino del oleoducto.
Putin, con Turquia, Irán y Azerbayan, va a tener la posibilidad de tener en jaque a la Unión Europea,sobre todo en el invierno del 2017.
Mal les salió a los occidentales amigos de Gulén, el hombre que querían de repuesto en Turquía.No hicieron más que acercar a tan importante y estratégico país, a la Madre Rusia, y don Vladimir Putin.