Creo que alguna vez conté la historia de Arturo, pero, en fin, hoy se la vuelvo a recordar. Arturo fue el estudiante más ingenioso que conocí. Verán, él y su familia precedían de un pueblo de León. Los padres, a base de esfuerzo y sacrificio, consiguieron que pudiera venir a la universidad. Eran, lógicamente, otros tiempos. Las facultades escaseaban y a nuestra comunidad llegaba mucha gente de afuera para cursar carrera. Sin embargo, él, como ningún otro, llevaba una vida más que disoluta. Lo de estudiar, francamente, era secundario: encadenaba curso tras curso y suspenso tras suspenso. Pues bien, no me cuenten cómo pero siempre se las ingeniaba para convencerlos de que le enviaran una importante cantidad de dinero mensual. Era un tipo de lo más inteligente para eso, la verdad. Una vez -después de quemar una importante cantidad en la juerga nocturna correspondiente- llamó de nuevo a su madre para pedirle un extra. El motivo: necesitaba comprar «cajas de polinomios» para realizar prácticas en clase de matemáticas.

Bien, les cuento todo esto, porque, políticamente hablando, desde Oviedo nos quieren volver a vender «cajas de polinomios». Según parece, la ya de por sí cansina reforma de nuestro Estatuto está parada. La razón: ahora tiene que recoger una Ley de capitalidad a favor de la actual capital (valga la redundancia). Y es que, obviamente, nunca nadie negó la mayor y, por tanto, se me hace muy cuesta arriba creer que ese motivo pueda paralizar unas negociaciones que ya venían encarriladas. Simplemente, con volver a reconocer a Oviedo su actual estatus sería más que suficiente. Sin embargo, curiosamente, hay que buscar argumentos mucho más partidistas para descubrir la verdadera razón. El congreso regional del Partido Popular está muy cerca y, por tanto, el juego de alianzas Gabino-Ovidio Sánchez, se muestra más vigente que nunca. Por otra parte, la segunda controversia, o sea, lo del tema de si dicha ley debería de recoger compensaciones económicas, yo lo tengo claro: parece uno de los argumentos utilizados por mi ex compañero Arturo para sablear a su madre. 77 de los 78 concejos asturianos estarían encantados con ser la capital de Asturias. Y gratis, oigan.