Una vez -de forma amable, eso sí- me recriminaron por algo que había escrito. Iba sobre el tema de las prejubilaciones. Como siempre las consideré «pan para hoy y hambre para mañana», me he opuesto a ellas. Y, creo, modestamente, que el tiempo, en la experiencia asturiana por lo menos, me ha dado la razón. […]