Como mandan los manuales, es decir, en fin de semana para evitar pánico, el Banco de España ha intervenido hoy la CCM. Cosa, por otra parte, completamente esperada puesto que, el runrún financiero de las últimas semanas, apuntaba por ahí. Pese a que se había intentado salvarla fusionándola con Unicaja, esto fue del todo imposible al no aceptar ésta las condiciones impuestas por el BCE. Queda, pues, en el aire todas las obligaciones frente a depositantes y acreedores garantizadas con 9.000 millones de avales gubernamentales. Y lo que es más importante: un impresionante agujero de 3.000 millones en créditos irrecuperables. Como comprenderán, yo me pregunto si el consejo de administración -con su presidente a la cabeza- se irá de rositas o, como debería ser, pagarán por haber dejado semejante pufo al contribuyente, a la postre, usted o yo.
Porque, para mí, lo que pone de relieve este asunto es el sistema político-financiero completamente carcomido que rige estas entidades. Las cajas de ahorro -salvo contadas excepciones- están gobernadas por los políticos de turno a su albur y sin mayor criterio que los intereses partidistas. Vean si no la guerra que está abierta en Caja Madrid, entidad, por cierto, que tiene un nivel de morosidad cercano al 4 por ciento. Por tanto, de lo que estamos hablando no es de que CCM quiebre, sino de que todo un modelo de gestión está en la picota. Y si no se actúa pronto en esta dirección, es decir, en despejarlas de malos gestores puestos a dedo por los políticos, algún que otro caso parecido saltará a la palestra. Solbes dice que nuestro sistema financiero es sólido y un ejemplo para los demás. Sí, ya lo vemos…