¿Conocen algún caso donde el tesorero de un partido gane más que el propio presidente? Pues sí, eso sucedía exactamente en el Partido Popular. Y es que, Luis Bárcenas, tenía un sueldo anual más de 300.000 euros al año, lo cual, convendrán conmigo, no está nada mal. A sus ingresos como senador (5.000 euros al mes), se le unía el cargo del propio partido más, ojo, un excelso patrimonio comprado al contado. Desde pisos en Madrid, hasta chales de lujo en Baqueira Beret o Marbella. Total: 3,3 millones de euros en inmuebles adquiridos en apenas 6 años. Cuando la noticia saltó a los medios de comunicación, más de uno dentro del partido se echaba las manos a la cabeza. Pero, para sorpresa general, nadie hizo nada. Decían que Luis sabía mucho, quizá demasiado como para ponerlo en un brete. Y, claro, todo el mundo estaba esperando lo que sucedió ayer: el juez Garzón lo imputa en el «caso Gürtel».
Así, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid tendrá que decidir si cobró 1,3 millones de euros en sobornos de Francisco Correa. Se le acusa de estar integrado en su trama y favorecer sus intereses, obteniendo, lógicamente, las correspondientes minutas. En la contabilidad de Correa figura como «Luis el Cabrón» porque su relación en algún momento se rompió. Bárcenas anuncia una querella criminal contra Garzón diciendo que todo es falso, pero huele tan mal, tan sucio…