El otro día estaba escuchando en la radio a un experto. Explicaba detalladamente el tema y daba recomendaciones de todos conocidas para evitar su contagio (lavarse las manos frecuentemente, evitar contactos, etcétera). El caso es que señalaba a ciertos grupos de riesgo como los más propensos a contraerla y, por tanto, recomendaba su vacunación. Llama al programa un taxista. Cuenta que, claro, por su profesión, tiene contacto con muchas personas en un habitáculo cerrado y pregunta si no debería ser considerado también dentro de ese grupo. Le dice que sí. Llama un funcionario de ventanilla y expone más o menos lo mismo. Le responde que sería bueno incluso, cuando la gripe se encuentre en pleno apogeo, que no fuese a trabajar. Seguidamente, hubo preguntas de profesores, estudiantes y algún que otro colectivo sanitario; todos obtuvieron una respuesta similar. La conclusión que saqué fue que este invierno, la gripe A y su posible contagio, va a ser la causa más frecuente de baja laboral.
Pues bien, yo veo a la gente tan normal por la calle. Sin ningún tipo de precaución o alerta especial. No observo temor especial al contacto físico, ni a frecuentar lugares públicos. Hasta ahora han muerto en España 20 personas -casi siempre afectadas por otro tipo de complicaciones- por causa de la gripe A, muchas menos, por cierto, que con la gripe común que todos los años nos asola. En fin…