Uno. Muy probablemente ésta no sea la única subida de impuestos que veamos. También, ya verán, las autonomías y los ayuntamientos harán lo mismo. Si la situación de la hacienda estatal es mala, la autonómica o municipal incluso peor. Por tanto, no se sorprendan si vemos cómo algún impuesto más (municipal o autonómico) sigue el mismo camino. Observen si no el siguiente ejemplo. A partir del año que viene comprar una vivienda de nueva construcción tributará al 8 por ciento de IVA, mientras que una de segunda mano se mantendrá en el 7 por ciento del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales. Pregunto, ¿cuánto creen que tardarán en igualarse los tipos? ¿Creen que el Principado no va a revisar una de sus principales fuentes de ingresos aprovechando la subida del IVA?

Dos. Para el Gobierno está claro cuándo se producirá la recuperación económica: a partir el 1 de julio de 2010. Es la fecha que ha elegido para subir el IVA. ¿Motivo? Piensa que por aquel entonces la mejora será tal que el incremento apenas repercutirá en el depauperado consumo. La teoría está bien, pero si no es así y seguimos con un PIB negativo… ¿no será para ir a peor?

Y tres. Todavía al Gobierno le queda pasar el trámite parlamentario de aprobar los presupuestos. Y no es moco de pavo el asunto. No sería la primera vez que anuncia unas medidas, y luego éstas cambian o se rebajan. Dada la extrema debilidad parlamentaria veremos con quién y cómo acaban pactando las subidas que proponen. Igual hasta nos llevamos una sorpresa.