Resulta curioso la que se ha montado con las imágenes de la «operación Pretoria». Sí, ésas donde se podía ver a cargos e históricos militantes, esposados y recogiendo sus enseres en bolsas de basura. Recuerden que el caso de corrupción urbanística destapado implica tanto al PSC como a CiU y, además, se lleva por delante a todo un ayuntamiento: el de Santa Coloma. Fíjense que hasta la propia Audiencia ha intervenido –en un receso después de averiguar la edad del pirata somalí, supongo- para que se aclaren los hechos. Pues bien, a mí la situación me produce sentimientos encontrados. Por un lado, pienso que no se puede mostrar de esa guisa a quien, simplemente, se encuentra imputado. Es decir, pendiente de juicio y sin defensa posible. En esa situación, digo, nadie debería de verse sometido a tal exposición, máxime si tenemos en cuenta que en nuestra sociedad los llamados «juicios telediario» están a la orden del día. Pero por otro, me imagino que si a un individuo cualquiera le hicieran lo mismo nadie protestaría. Es más, de hecho todos los días vemos en horas de máxima audiencia desfilar a todo tipo de personas hacia los juzgados sin ningún recato. Por tanto, que quienes se creían por encima del ciudadano pasen un poco de vergüenza no está mal del todo, incluso diría que cierto escarnio por haberse llevado de manera bochornosa 45 millones de euros a base de pelotazos; hace un poco de justicia.
Sin embargo, sorprende cómo la opinión pública los trata de cara a una posible contienda electoral. Los datos del CIS –cierto es que están tomados antes del 15 de octubre- hablan de que el Partido Popular aumenta su ventaja con respecto a los socialistas. Eso, sin duda, entra en contradicción con lo que publicaba este fin de semana el diario El País, señalando un empate técnico entre ambos por la caída del PP. Sea de una manera o de otra, el tiempo lo dirá, no creo que sea bueno para la sociedad que no se penalice la corrupción. Para mí, el votante ciego, sordo y mundo ante estos temas; lo único que hace es asumirla como parte del sistema.