Sorprende ver lo que está pasando con el tema de la subida del IVA. Hay como una especie de runrún cada vez más fuerte que se opone a la medida y, la verdad, yo pensaba que se daba por hecho. Cuando hacia septiembre del año pasado se anunció ya dijimos aquí lo que podía pasar: un retraimiento del consumo y subida de la inflación. Sin embargo, como el uno de julio está cada vez más cerca parece que la medida impositiva está en cuestión. Y, sinceramente, aunque nos duela al bolsillo no queda más remedio. Si pretendemos rebajar el déficit al 3 por ciento como así ordena Bruselas, tenemos que hacerlo. El otro día, en la reunión para el pacto de Estado, el PP volvió a hacer «casus belli» del asunto. Cristobal Montoro manifestó su oposición frontal a que se toque el IVA. Miren ustedes, si de verdad los partidos quieren llegar a acuerdos –cosa que dudo- tienen que dejar los dogmatismos a un lado. La derecha tendrá que aceptar subidas de impuestos y la izquierda que hay que tocar ciertas políticas sociales. Si no, resulta imposible hacer algo. Por último, les doy un dato para la reflexión: ahora mismo el Gobierno recauda exactamente la misma cantidad por IVA que se gasta en pagar el desempleo (3.000 millones de euros). Díganme, pues, cómo se cuadra esto sin una subida. Pim-pam-pum.