No cabe duda de que las elecciones europeas están siguiendo un patrón. Mientras en Gran Bretaña los laboristas perdían estrepitosamente en las Generales, en Alemania el partido de Ángela Merkel sufría un varapalo en unas, digámoslo así, autonómicas. Ambos tienen algo en común y no es precisamente la ideología: están al frente de los gobiernos en estos tiempos de crisis. Y es que parece como si los electores quisieran castigar a los políticos en el poder por su gestión, pero tampoco se fían mucho de la oposición. Sólo hace falta ver como, David Cameron, el líder de los conservadores británicos, va a necesitar de apoyos para ser primer ministro. Dicho de otra forma: la tesis de gobiernos fuertes para hacer frente al debacle económico se desvanece. Nadie da su plena confianza a un partido porque considera que la crisis les supera a todos.

Aquí, sin embargo, la polémica es otra. La reciente encuesta del CIS muestra a un PSOE que gana terreno al PP. Esto, como no podía ser de otra manera, ha desconcertado a los populares que tildan la encuesta de «producto de cocina». Bien, dejando de lado el que la misma se hiciese o no a mediados de abril –en pleno Gürtel- sí parece claro que confirma lo que pasa en Europa. Todos los políticos suspenden en su valoración y, además, bajan en expectativas de voto. En fin, lo que dije: la crisis está pasando factura a la clase política en general, no sólo al Gobierno.

No tiene mucho sentido lo que pasó ayer en las bolsas. En particular, la de Madrid tuvo la mayor subida de su historia. Si hace apenas unos días hablábamos de hundimientos generalizados, ahora estamos en lo contrario. ¿El motivo? Parece que el plan de rescate diseñado por el Ecofin durante este fin de semana y los 15.000 millones de gasto que debe recortar el Gobierno. En cuanto a lo primero, hombre, eso ya se sabía que iba a pasar. Y en cuanto a lo segundo, es completamente ilógico que se lancen las campanas al vuelo cuando no sabemos cómo se hará el recorte. Mañana miércoles, por lo visto, se va a desvelar dónde se piensa aplicar la tijera (ojo, si es que se hace).