La sesión de ayer en el Congreso fue una auténtica trampa saducea para todos los grupos. El Gobierno, además de que las medidas de su decreto-ley se aprobasen, también buscaba un cierto respaldo en su nueva política. No lo encontró. En cambio, los grupos de oposición se debatían entre, o apoyar unas medidas impopulares, o rechazarlas con el coste que esto representaría para la economía. Como digo, toda una trampa saducea puesto que cualquier elección suponía un cierto coste para el elector. Pues bien, a resultas de todo lo vivido la conclusión general es que los socialistas están solos. Es más, algunos se atreven a diagnosticar que los próximos presupuestos no saldrán adelante. Tendríamos, pues, una situación muy similar a la del 95 cuando Jordi Pujol obligó a convocar elecciones anticipadas a Felipe González. La verdad, todo parece indicar que la situación no va a ser fácil para Zapatero. Difícilmente servirá ofrecer dinero a ciertos grupos -me refiero al PNV- porque, entre otras cosas, no lo hay. Por tanto, la clave de esta legislatura estará en algo que hasta ahora se ha tomado bastante a la ligera: la política presupuestaria. Ahí sabremos si este Gobierno acaba o no y cómo.