Según dice el Gobernador del Banco de España, los llamados test de estrés para entidades financieras, son como cargar un puente con sacos de arena. Al final, puede que nunca el peso llegue a ser tan abundante, pero, claro está, queda demostrada la fortaleza de la estructura. Pues bien, una vez hechas las pruebas hay quien hace una lectura positiva y quien negativa. Los primeros dicen que, las entidades españolas, han superado los exámenes con buena nota porque, primero, son más exigentes que las realizadas a nivel europeo y segundo; se tomó un mayor número de entidades (prácticamente el 90 por ciento del sistema). Quienes no lo ven tan claro aportan sólo un dato: de las siete suspendidas, cinco son españolas. Para mí, sinceramente, los resultados han sido buenos exceptuando algunas cajas. Téngase en cuenta que la prueba, al final, se ha realizado con dopaje estatal (10.000 millones de euros aportados por el erario público) y después de la reestructuración (fusiones frías, SIP, etcétera). Si no, la verdad, estaríamos hablando de otra cosa bien distinta.
Así y todo, pese a la buena nota en la evaluación bancaria, sigue habiendo inercias que no quieren cambiarse. En el sector de las cajas, y una vez aprobada su reforma, éstas se pueden privatizar para conseguir fondos. Ya verán, y al tiempo me remito, qué pocas lo van a hacer por no perder el control político. También, como quieren despolitizarlas, no se permite que cargos en activo ostenten representaciones pero, por supuesto, pueden nombrar a otros que ejercerán el mismo papel. Como prueba, vean lo que está pasando con la SIP de Cajastur y la CAM. Ésta, pese a estar prácticamente intervenida, se resiste a ceder el control a la asturiana. Es decir, los mismos que la precipitaron al abismo quieren seguir campando a sus anchas. Exactamente igual, por cierto, que el ínclito Juan Pedro Hernández Moltó, inhabilitado durante sólo cinco años después de llevar a Caja Castilla La Mancha a la ruina.
Por último, si les digo que debería hacerse también una prueba a los clientes es porque están pagando la crisis financiera con creces. Desde que comenzó, sus entidades, no han hecho otra cosa que apretarles las tuercas. Ora por subida de las comisiones ora por no conceder ni un préstamo, los usuarios de la banca tienen tal grado de estrés que seguro que no pasaban el test.