La viñeta pertenece a un periódico británico, «The Economist». Como ven, para el diario económico, el presidente Zapatero tiene que hacer de funambulista si quiere llegar a fin de legislatura. Sus riesgos son, por un lado, los mercados de deuda que un día sí y otro también le traen quebraderos de cabeza; y por otro, los pactos con nacionalistas vascos y catalanes para sacar adelante sus propuestas en el Congreso. Condiciones ambas sine qua non si quiere llegar a fin de legislatura.
Efectivamente, los mercados de capitales han puesto en jaque al Gobierno más de una vez. Ahora, gracias a los test de estrés de la banca y una cierta reducción del déficit público, parece que la colocación de la deuda española es más sencilla. De hecho, por primera vez desde que empezó la crisis se ha conseguido bajar el precio del bono. No obstante, los mercados son caprichosos y, lo mismo que hoy te abrazan, mañana te vuelven a dar la espalda. Para que eso no ocurra Zapatero quiere seguir la línea de las reformas. Eso sí, tienen que ser creíbles o si no volverán las tensiones. En este sentido, una de las más importantes, la del mercado laboral, tiene visos de quedarse en nada por los sucesivos retoques a la que se ha visto sometida. Otra, como la reducción de gasto, puede que no tenga tanto efecto si sigue aumentando el paro. Recordemos que con una factura de 40.000 millones de euros en prestaciones será complicado bajar del 6% de déficit público. Por tanto, no está ni mucho menos la batalla ganada.
La segunda condición para la estabilidad gubernamental pasa por la política de pactos. En el día a día parlamentario vemos como dos grupos, CiU y PNV, marcan la agenda gubernamental. Obligatoriamente, tiene que entenderse con ellos para llevar a cabo su política o si no… se paraliza. Y ambos, como lluvia de verano, están esperando a la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Si el Gobierno no consigue aprobar unos PGE para el próximo ejercicio, el fin estará cantado. Resultaría imposible seguir con una prórroga presupuestaria cuando, como decíamos, lo que se necesita son reformas de gran calado. Los nacionalistas lo saben y parece que le están esperando para saldar cuentas. En el caso catalán por haberle cedido el gobierno a Montilla y, en el vasco, obviamente, por hacer lo mismo con Patxi López y su pacto con el PP. En otoño, sabremos exactamente las posibilidades de supervivencia del gobierno Zapatero