Mucho se ha hablado sobre las razones de esta huelga general. Es más, hay quienes consideran que existe una falta de ellas o, por decirlo de otra manera, que las mismas son completamente difusas y generalistas. Tengo ante mí una carta que un sindicato manda a sus afiliados. Se pueden leer cosas como las siguientes. «La crisis actual producida por la avaricia desmedida de los que controlan los medios financieros y a su vez controlan los medios de comunicación».«Desde dichos medios de comunicación están continuamente lanzando mensajes atacando los derechos de los y las trabajadores/as». «Esto lo dicen los que no salen de sus jaulas de oro…». «No podemos permitir que quien controlo (sin acento) los poderes mediáticos intenten también controlar nuestros pensamientos». En fin, aparte de una gramática manifiestamente mejorable, juzguen ustedes si las razones están suficientemente explicadas o no. Personalmente, opino que con esta huelga los sindicatos están gastando una de sus bazas. Piensen que quedan pendientes temas tan importantes como la reforma del sistema de pensiones. Y entonces, cuando se intente retrasar la edad de jubilación o aumentar los años de cotización, ¿qué va a pasar? ¿Tendremos una huelga general por mes como en Francia?

Ayer, el responsable de Transportes de UGT en Asturias, aseguró que operarán piquetes informativos y «convencitivos». Lo primero, obviamente, no deja de ser un eufemismo: si con una convocatoria de huelga anunciada hace meses, la gente no tiene suficiente información; ¿cuándo la va a tener? Y lo segundo, claro está, toda una patada al lenguaje.