No creo equivocarme cuando digo que buena parte del electorado asturiano del PP hoy se siente decepcionado. Las expectativas sobre la vuelta de Cascos –y su posible triunfo electoral- habían sido tantas que, ahora, con la decisión tomada a favor de Pérez-Espinosa, hasta pueden volverse en contra. Por lo visto, en el ánimo de Rajoy pesó más la opción de mantener lo que había –aunque esto signifique no ganar las elecciones- que cambiarlo. Todo lo contrario, pienso, que lo deseado por las bases. A mi entender lo que quería buena parte del electorado del Partido Popular en Asturias era una revolución. En definitiva, cambiar la estructura actual, porque, a todas luces, ha demostrado su conformismo e ineficacia. Sin embargo, el presidente del PP confía en otras cosas. Cree que la ola del cambio también llegará a Asturias liderada, como en el País Vasco o Cataluña, por una nueva generación. Francamente, aquí es más complicado. Isabel Pérez de Espinosa tendrá que demostrar su valía ante un partido dividido y desacreditado. Si consigue dar la imagen de ser una candidata con ideas propias y no dirigida por Gabino de Lorenzo, habrá dado un gran paso. Mientras tanto, lo que se respira en el último día del año entre una parte importante de la derecha, vuelvo a repetir, es decepción.
Otra cosa, no obstante, son las expectativas electorales abiertas para otros partidos más pequeños. Desde luego, la decisión tomada en Madrid les ha venido de perlas. Sus opciones de estar presentes en las instituciones han crecido como la espuma. Ahora, UPyD, IDEAS y alguno más; tienen una puerta abierta que deberían aprovechar. Buena parte del voto descontento con la candidatura popular elegida podría recalar ahí.
Feliz 2011 a todos los amigos de Retorcida Realidad.