Hombre, supongo que a la hora de elegir el nombre habrán tenido en cuenta dos premisas. La primera, que no siga los cauces tradicionales –fíjense que evita la palabra partido- queriendo así emular un movimiento ciudadano. Y la segunda, su indudable vinculación con Asturias. El reto ahora, sea cual sea la denominación, es que Foro Asturias y Cascos se identifiquen. O sea, todo el mundo conoce al ex ministro pero pocos a su partido. Dicho de otra manera: el 22 de mayo sus votantes no pueden llegar a las urnas preguntando cuál es el partido de Cascos. Lógicamente, tienen que saberlo mucho antes. De hecho, si se fijan en Cantabria sucedió algo similar: se conoce mucho más a Revilla que al Partido Regionalista Cántabro. No obstante, publicidad no le va a faltar, en realidad, Foro Asturias, aparece ya en todos los telediarios y portadas de prensa nacionales.
Otra cosa, y como asignatura pendiente, será ver cómo se mueve la nueva formación por las grandes ciudades. Sus actos, muy concurridos hasta ahora, se han desarrollado por concejos pequeños (Nava, Laviana o Cangas de Narcea); pero queda el asalto a Gijón, Oviedo y Avilés. En definitiva, el triángulo donde todo se decide en la política asturiana. Foro Asturias tendrá que realizar un notable esfuerzo –acorde con su anagrama en forma de hormiguero- para captar el voto urbano de la zona central, fundamental, sin duda, de cara a sus aspiraciones.
Por último, comentarles con sorpresa cómo analizan algunos el que sus fundadores le hayan dado una perspectiva nacional. Supongo que en el ánimo del nuevo partido no está el presentarse por toda la geografía española, sin embargo, cuando se crea una formación, sus bases y estatutos tienen que ser amplios. Es más, de cara a unas elecciones europeas –con circunscripción única en todo el Estado- tendrán que hacerlo ya que se necesitan muchos votos exteriores. Eso de que vaya a ser un competidor del Partido Popular a nivel estatal con el morbo que representa, francamente, no me lo creo.