Una de las acciones del movimiento 15-M consiste en impedir los desahucios. Grupos de personas ocupan el portal o la vivienda impidiendo que se ejecute la orden. Y hasta ahora han tenido bastante éxito, porque, siempre que se lo han propuesto, el desahucio no se llevó a cabo. Bien, yo entiendo que, en esto de los embargos, cada caso es un mundo. Hay personas que no pagan la hipoteca porque no pueden, y otras en cambio porque no quieren. Me refiero a que, lógicamente, habrá casos donde impera la necesidad, y otros donde estamos ante el moroso profesional. Meter a los dos en el mismo saco no deja de ser una injusticia. Si el individuo X paga religiosamente su hipoteca y el Y no quiere hacerlo, ¿por qué se defiende al segundo y no al primero? Además, un desahucio también puede venir por los impagos en el alquiler, entonces, ¿también se debe impedir? ¿Qué cara se le quedaría a un arrendador al no recuperar la casa y con un pufo?
Entiendo que es mucho más racional el fomentar un cambio en la ley. La Comisión de Vivienda del Congreso estudiará la dación en pago el martes que viene. Ya se intentó cambiar, pero, los votos en contra de socialistas y populares, lo impidieron. A mí me parece, que al igual que en otros países, la posibilidad de entregar la vivienda para saldar deudas sería lo correcto. Actualmente, como saben, respondes con tus bienes presentes y futuros. O sea, después de perder la vivienda sigues pagando una barbaridad, ya que, el proceso de embargo, tiene unos abultados costes. Es cierto que esta medida, al principio, provocaría que los bancos recortasen las hipotecas. Esto es, bajaría el número de las concedidas así como el importe que se presta. Pero, créanme, hasta que actúe la competencia. Cuando una entidad se desmarque del resto y comience a funcionar con esta garantía, el resto le seguirán. En el mundo hipotecario antes no se daba más del 80% de la valoración de la vivienda hasta que… llegó el «boom» y comenzó el 100%, 125%, etcétera.
Ejemplo de una acción…