Primera: presentar unos nuevos presupuestos. Podría ser que el Gobierno reformase los actuales con las peticiones del PP. Sin embargo, como los populares no saben muy bien lo que quieren, se estaría de nuevo tropezando con la misma piedra. Es decir, desgastando a toda la Administración para nada. En teoría, si se incluyen las peticiones del Partido Popular, dicen, votarían a favor. Pero lo cierto es que no sabemos si saldría una nueva cantinela. Algo así como: sí, ahora tiene ya esto pero también… Con lo cual, sería la historia de nunca acabar. O dicho en otras palabras: la búsqueda perpetua de excusas para no aprobar un presupuesto de Foro.

Segunda: hacer un bypass al Parlamento. O sea, lo que hizo Areces en el 2008. El ex presidente socialista se encontró con esta misma situación ante el rechazo de IU. Sin embargo, cogió a los agentes sociales y los utilizó como segunda cámara. Esto es, hizo peticiones de crédito extraordinario en base a un consenso con sindicatos y patronal. Y el Parlamento, de aquélla, lo aceptó. El problema está en que el gobierno de Foro no tiene una herramienta tan poderosa como es el dinero público. En nuestro paraíso natural, los agentes sociales, se mueven según los recursos que obtengan. Si firmas un acuerdo es para enchufarles la manguera de los fondos, sin ninguna contraprestación a cambio. Les encanta, digámoslo así, dibujar carreteras, meter ingentes cantidades en empleo, hacer tropecientos planes de formación, etcétera. Todo ello, insisto, sin ningún compromiso por su parte. Ahora, la crisis fuerza a que esto no pueda ser así por una sencilla razón: no hay parné.

Y tercera: convocar elecciones. Supongo que esta es la peor opción de las tres. Si tenemos en cuenta que, probablemente, los resultados fuesen muy parecidos; habríamos perdido el tiempo para nada. En definitiva, paralizado la Administración durante muchos meses para seguir igual.