La presentación de la auditoría externa a la banca parecía un partido de la Eurocopa. Me refiero, claro está, a que era tal el número de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión que ni cogían en la sala del Ministerio de Economía. Sin embargo, los resultados no fueron para tanto. Según las auditorias –Roland Berger y Oliver Wyman- en un escenario adverso las necesidades de capital oscilarán entre 51.800 y 62.000 millones de euros. Ni siquiera, fíjense, se acercaron en sus valoraciones. Después de gastar 2 millones de euros en apenas un mes de trabajo, la única conclusión es la siguiente: no se va a llegar a los 100.000 millones de euros que propuso Bruselas. Lo demás, desgraciadamente, está por descubrir. O sea, cómo afectará a cada una de las entidades –ojo, trabajo a realizar por otras compañías- se alargará hasta el mes de septiembre. Lo único que han dicho las que se embolsaron la pasta fueron obviedades. Esto es, que los tres grandes (Santander, BBVA y La Caixa) no necesitarán inyecciones de capital, mientras que las nacionalizadas (Bankia, por ejemplo) sí. Por el medio, toda la banca española a la que se deja en una incertidumbre total ante los mercados. Ni se sabe cuánto van a necesitar, ni cuándo les va llegar el dinero. Indefensión absoluta, lo llamaría yo. La próxima vez que me encarguen el informe a mí. Podría cobrar dos millones de euros por decir que Amancio Ortega (el dueño de Zara) no necesita dinero, mientras que Ruiz Mateos de forma urgente. Así está el mundo.
Nota: lo que no se ha dicho es que prevén unas pérdidas de 274.000 millones de euros para la banca. No sé cómo van a devolver los préstamos.