Sigue y sigue creciendo el número de acusados en la «operación Marea». Sí, ya saben, el caso de corrupción en la Administración que salió a la luz por la funcionaria Marta Renedo. En principio, parecía que la cosa estaba entre tres: el exconsejero de Educación, José Luis Iglesias Riopedre, su número dos, María Jesús Otero, y la propia Renedo. Sin embargo, desde que el juez Sorando sigue desembrollando el ovillo llevamos ya 30 personas imputadas. Y, ojo, no sólo del Principado, sino también de ayuntamientos y organismos públicos como el HUCA. En cualquier otro lugar, un caso de tanta relevancia, tendría a la opinión pública en vilo. Vamos, que sería portada todos los días en los medios de comunicación. Echarían chispas al ver cómo dos empresas privadas fueron capaces de montar semejante trama sin que nadie se enterase (o se quisiera enterar, claro está). O clamarían al cielo porque, a día de hoy, todavía ningún político ha dimitido (ni siquiera admitido ningún tipo de responsabilidad). Nuestra sociedad es de una indolencia total ante unos hechos tan graves. Le da igual saber que, como pago de favores, se compraron coches a funcionarios, viajes, obras y hasta se pagaban nóminas. Todo lo más, le presta atención cuando alguno de los imputados va a la cárcel y luego se olvida del meollo de la cuestión: que no era un caso puntual de corrupción, sino completamente generalizado. Da que pensar que estamos asistiendo a manifestaciones diarias, pero ninguna para exigir la limpieza de lo público. Vamos a lo nuestro, o sea, protestar porque nos rebajen el sueldo o nos quiten el puesto de trabajo, olvidando que la calidad y transparencia de nuestra administración debe ser un pilar fundamental de la democracia.
Hay que aplaudir, no obstante, que UPyD haya logrado montar una comisión de investigación parlamentaria. Se constituirá después del verano y, quizá, entiendo, no sirva para mucho. Es decir, posiblemente se convertirá en guirigay político donde el ruido sea el factor predominante. Ahora bien, por lo menos servirá para que durante esos días volvamos la atención a la «operación Marea».