La empresa X está pasando por dificultades. Para ello, como es lógico, propone la contención del gasto. Esto es, revisa todo lo superfluo, además de acometer despidos y reducir jornadas. Sigue así durante un tiempo, pero percibe que la situación no cambia. Da una segunda vuelta de tuerca, dejando, prácticamente, la empresa X en esqueleto. […]