La visita de María Dolores de Cospedal no sólo fue para apoyar a Mercedes Fernández, sino que también lanzó un mensaje. Una especie de operación retorno donde los votantes y simpatizantes que ahora apoyan a Foro Asturias, vuelvan a sus filas. La dirigente popular fue clara en sus planteamientos: invitó a los afiliados a regresar por que el PP «es su partido», pero no así a sus dirigentes. Esto es, quiere recuperar a la masa social de Foro Asturias, excluyendo, claro está, a los fundadores y promotores. Para que sus deseos se conviertan en realidad, bien es cierto, deberían también cambiar muchas cosas dentro de los populares. Yo diría que las mismas que justificaron la marcha masiva. Las enumero y si todo esto se cumple, quizá…
Uno. El PP no debería ser un partido sin dirección. Quiero decir con esto que la última etapa fue lamentable. Un presidente, Ovidio Sánchez, que no ejercía como tal, sino que permanecía escondido esperando un puesto en Madrid. Un presidente in pectore, Gabino de Lorenzo, que hacía y deshacía a su antojo provocando los más sonoros disparates. Y una junta directiva que tragaba con cosas absurdas. Recordemos que la elección de candidato, Pérez de Espinosa, se produjo durante una comida. La relación con Álvarez Cascos fue de amor-odio tratándolo primero como galáctico, y luego insultándolo directamente. Así, es muy difícil que un afiliado entienda lo que pasa dentro de la formación. En los últimos tiempos, los populares asturianos, dieron la sensación de ser un partido mal dirigido y en descomposición. Eso, todavía, no se ha logrado superar.
Dos. Acostumbrarse a pelear para ganar. Sí, suena un poco raro pero es la realidad. Es como si al Madrid o Barcelona le tienen que recordar que están para conseguir títulos. El PP asturiano fue hasta ahora un partido acomodado, encantado de perder elecciones. Sus dirigentes salían al día siguiente y vendían cosas como, no sé, somos el principal partido de la oposición; o bien, hemos subido en votos; o bien, estamos cerca de ganar. Resultado: siempre acababan gobernando los socialistas. Esta imagen de partido sin ambición, insisto, debe terminar. El Partido Popular, al igual que el PSOE, son formaciones con vocación de gobierno y en la oposición sufren mucho. Tanto, que hacen de la mediocridad una bandera.
Y tres. Se necesitan cambios en personas. Evidentemente, los mismos no pueden hacer cosas diferentes. La labor de Mercedes Fernández es dar con el equipo adecuado para transmitir renovación dentro de sus filas. Sin esto, dudo mucho que el ex militante o simpatizante entienda que algo ha cambiado. Diría más, no le debería temblar la mano a Cherines a la hora de excluir caras ya demasiado conocidas dentro de la política asturiana. Un labor, sin duda, ingrata, pero necesaria para ver resultados.