A estas alturas, Pilar Fernández Pardo, ya se habrá dado cuenta de lo miserable que es la política. Quienes antes la trataban como una especie de diosa -«Qué lista es mi jefa», me llegó a decir un miembro de su equipo- ahora le han dado la espalda. Pardo estaba convencida de que tenía la suficiente […]