El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha dado marcha atrás en su reforma del sistema de concesión de becas. Lo del 6,5 como nota mínima de acceso no encontró apoyo, ojo, ni en el seno del mismo Gobierno. Eso, en política, siempre deja un cierto regusto a fracaso. Wert está pasando por malos momentos, no sólo ya por el revolcón en cosas como ésta, sino porque cada aparición suya en un acto público acaba en abucheo. Lo que le faltaba ahora es que el propio portavoz popular en el Congreso, Alfonso Alonso, dijese que «un aprobado es un aprobado». O sea, que con el 5,5 actual ya es más que suficiente para obtener una beca. No obstante, en este debate sobre las ayudas universitarias hay mucha demagogia. Se suele equiparar becas con excelencia y no es así. Es decir, que si no se ofrecen muchas oportunidades a muchas personas igual se pierde, no sé, un Bill Gates cualquiera. Por cierto, el creador de Microsoft nunca pisó una universidad al igual que Steve Jobs de Apple. Bien, en Andalucía se concedieron durante 2011 –últimos datos que se tienen- 144.000 ayudas. La comunidad española que más ofreció con diferencia. Sin embargo, los parámetros de la educación andaluza son inaceptables. La que tiene peor nota en sus estudiantes o mayor índice de abandono en los estudios, además de fracaso universitario. Quiero decir, pues, que aumentar el número de becas no significa ni mucho menos que el sistema educativo vaya a ser mejor. Como en cualquier inversión –lo que hace el Estado al fin y al cabo cuando concede una beca – hay que elegir bien.
El hombre de la foto parece loco. Visto así, sin explicaciones, diríamos que se trata de un friki: alguien subido a una tribuna que se queda medio desnudo para llamar la atención. Las azafatas, al fondo, lo miran de reojo mientras una persona de seguridad apura el paso para desalojarle. Sin embargo, la imagen tenía lugar en la Junta de Accionistas de Bankia en Valencia. Se trataba de un afectado por las preferentes que, al igual que muchos otros, se ha convertido en accionista forzoso de la entidad nacionalizada. Y sí, tiene razón: le han dejado en pelotas. Tanto los que compraron acciones de «motu proprio», como quienes lo hicieron a través de derivados, han perdido casi todo su dinero. Mientras, el presidente de Bankia, JoséAntonio Goirigolzarri, anunciaba un cielo protector para el «Lehman Brothers» español. Este año, fíjense, prevé unos beneficios de 880 millones de euros. Eso, para una entidad propiedad del FROB en un 70%, que fue rescatada con más de 24.500 millones de euros y con un ex presidente que ha estado ya por dos veces en la cárcel. Francamente, el mundo al revés.