El abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) ha dictaminado que el «céntimo sanitario» -ese impuesto sobre los carburantes que aplican algunas comunidades autónomas- vulnera la legislación comunitaria. Vamos, que no tiene razón de ser puesto que ya existe un impuesto especial de hidrocarburos, además de que no cumplir una finalidad concreta. O sea, que es un sacaperras en toda regla. Su motivación estaba en financiar la sanidad, pero en realidad sirve para cubir todo tipo de agujeros del gobierno de turno. En Asturias, cómo no, fuimos de los primeros en aplicarlo. Tanto, que empezó en 2002 y lleva recaudado alrededor de 370 millones de euros. La situación era tan rocambolesca que las estaciones de servicio fronterizas –por ejemplo, con León o Cantabria donde no se aplicaba- veían como sus ingresos bajaban: resultaba más rentable llenar el depósito en tierras leonesas o cántabras que asturianas. El caso es que el TUE recomienda que se devuelvan esas cantidades. La pregunta obvia es, lógicamente, cómo. Puede dejar de aplicarse lo cual representa sobre unos 30 millones de euros anuales para el Principado, pero yo no veo que se le pueda devolver a cada ciudadano lo que injustamente pagó. De hecho, el llamado «céntimo sanitario» no es tal ya que se grava con 4,8 céntimos el litro de gasolina y 4 el de gasoil. ¿Qué van a pedir los tickets de repostaje de los últimos 11 años? ¿Cómo piensan compensar a quienes lo estuvimos pagando de manera abusiva? He aquí, pues, un ejemplo de sableo al bolsillo del contribuyente sin posible reparación. Céntimo a céntimo nos sacaron los cuartos y ahora dicen que es ilegal.
La futura subida de la tasa de basura a cuenta de la incineradora de Cogersa tiene su miga. Ciudadanos y empresas vamos a tener que contribuir a la inversión de 318 millones de euros y, cuando ésta se acabe, seguiremos generándole 17,1 millones al año. Todo ello, claro está, a base de pagar más. Cada hogar asturiano desembolsa aproximadamente 65,11 euros en el recibo de basura, Cogersa plantea elevarlo hasta 123,48 euros. Todo esto después de tener que leer noticias como ésta: la factura del agua en Gijón subió el doble que el IPC en los últimos 13 años, algunos recibos tuvieron incrementos superiores al 180%. Casi todos los municipios asturianos siguieron idéntico camino, cuando no subidas mayores. Volvemos a lo mismo. Céntimo a céntimo vemos como cada día los servicios básicos son más caros. La luz lleva cuatro subidas este año y la factura media anual ya ronda los 800 euros. La parte regulada de la tarifa de gas, los denominados peajes, prevén una subida anual del 2,5% en los próximos cuatro años. Mientras, los salarios: o bien están congelados, o la baja. El famoso «mileurista» objeto de tantos chistes, va a resultar ahora todo un privilegiado.