>

Blogs

Jose Manuel Balbuena

RETORCIDA REALIDAD

Un principio.

Los señores de la foto no están celebrando ningún gol. Ni tampoco la llegada del Año Nuevo aunque estemos en febrero. Algunos, como el la derecha, no baten las palmas; sino que se queda pensativo con la mirada perdida. Como diciendo: por fin, alguien nos muestra luz entre tanta oscuridad. Otros, como el del polo azul, incluso se atreven a silbar dando así un tono más chillón a un asunto tan triste. Lo curioso, digo, es que estaban contentos porque el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) les ha dado la razón. Son la plantilla de la multinacional Tenneco en Gijón. El TSJA ha anulado el  Expediente de Regulación de Empleo (ERE) propuesto por la empresa y que les dejó en la calle. Así, sin más ni más. Una empresa con beneficios, tecnología y que, de repente, varía sus planes para llevarse todo el proceso productivo al Este. Ya no me servís, les dijo un buen día a la cara. El TSJA sostiene que la empresa actuó con ausencia de «buena fe» declarando nulos los despidos y el cierre de la fábrica. Toma ya. Un varapalo de órdago para los americanos que dicen que recurrirán. En todo caso, de momento están obligados a readmitir a toda la plantilla. Supongo que una batalla ganada, aunque quede todavía bastante guerra por delante. Un principio, si queremos verlo así, a que no se vuelvan a producir ERE injustos que fueron aprobados sin más ni más. Empresas con beneficios y que, aprovechando la coyuntura de la crisis y las nuevas normas legales, decidieron tratar a los trabajadores como si fueran grasa: lo primero a eliminar del cuerpo. Recuerdo, en concreto, el ERE que en su día planteó Telefónica: 6.830 trabajadores durante el periodo 2011-2013. Autorizado, sin ningún rubor, por el ministro de Trabajo de la época, el socialista Valeriano Gómez. En fin, entiendo que el ERE ha sido un mecanismo del cual se ha abusado. Un ve las cifras, después de casi 7 años de crisis, y dan pavor. La reducción de la población activa –personas en edad y capacidad para trabajar- ha sido inmensa. Todo ello, porque, al albur de los tiempos, no cesaron de mandar gente para casa a través de este instrumento. En muchos casos, plenamente activos y con la experiencia suficiente –amortizar a un trabajador con poco más de 50 años es un fracaso para la sociedad- como para haber transmitido sus conocimientos a nuevas generaciones. Los ERE injustos se han multiplicado porque es una forma de despido dulce y no para salvar una mala situación económica. En ningún caso han buscado la continuidad de la empresa, sino que la amortización de los puestos de trabajo fuese más barata.

Temas

Por JOSE MANUEL BALBUENA

Sobre el autor

Economista y empresario. Colaborador de EL COMERCIO desde hace ya muchos años. Vamos, un currante en toda regla


febrero 2014
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
2425262728