El proceso de elección de presidente y candidato en Foro Asturias no me gusta nada. Nada de nada. Las cosas deberían de haberse hecho mejor, mucho mejor diría yo. Lo veo, no sólo como acelerado, sino también que aboca a una única solución posible: la candidatura de Cristina Coto. Francisco Álvarez-Cascos renunció de sopetón y dijo que no nombraría sucesor. Es decir, que no utilizaría el dedo para señalar al nuevo presidente. Pues bien, todo lo que se ha hecho hasta ahora, si no es digital, se le parece muchísimo. Una cosa que es que no nombre candidato Cascos –que no lo ha hecho- y otra que apoye al primero que sale a la palestra. Viene a ser lo mismo. Cuando dio su beneplácito expreso a la candidatura de Coto -sin esperar a ver si había más opciones- estaba señalándola como la elegida para la sucesión. De hecho, la propia portavoz se apresuró en propagar a los cuatro vientos que tenía el apoyo del jefe. ¡Cómo para que alguien más se quisiese presentar! Quién se hubiera atrevido –y hay que ser valiente- tendría que haber reunido la nada desdeñable cantidad de 500 avales en apenas 10 días, así como luchar contra una candidatura ya mostrada como oficial. Misión imposible. Cristina Coto fue designada por Cascos y por eso ha conseguido reunir en un tiempo récord más de 1.600 avales que presentó ayer. Nadie más podría haberlo hecho. Si no tuviese a su disposición todo el aparato del partido a toda máquina, le hubiese resultado materialmente imposible. Por eso, digo, pienso que las cosas tendrían que haberse hecho de otra manera. Si Cascos, como dijo en una entrevista a CANAL10, intuyó que ya el cambio en la política asturiana se venía venir después de los resultados en las elecciones europeas, ¿por qué esperó tanto a presentar su renuncia a ser candidato? ¿Es que acaso formaba parte de una estrategia para no dar tiempo de reacción? ¿Es que acaso el presidente de Foro no quería barullos internos y por eso apuró los plazos? No sé, el caso es que el votante o simpatizante se va a encontrar de repente en un nuevo escenario: un partido sin Álvarez-Cascos. Nada que ver con el tsunami de ilusión que les llevó a votar de forma masiva en 2011. Foro Asturias resultará a los ojos de muchos una especie de Barcelona sin Messi, por más que muchos den otro tipo de razonamientos. La incógnita de cómo afectará todo esto a los resultados electorales la resolveremos pronto. Me temo que no será para bien.
La teoría de las lentejas.
Así las cosas, el congreso de marzo para la formación se presenta triste. Entre una especie de homenaje a Álvarez-Cascos y la puesta de largo de Cristina Coto. Sin debate, sin competencia entre candidaturas, sin ideas nuevas que aportar porque ya todo el pescado está vendido. Y si no lean la entrevista que hoy domingo ofrece la candidata en EL COMERCIO. No hay tiempo material para que se produzca ninguna gran novedad: sólo a poner el partido en tensión de cara a los comicios. Si Foro había presumido hasta ahora de ser un partido regeneracionista, no ha hecho bien los deberes en su propia casa. Ha optado por una solución precipitada y de emergencia sin dejar que los afiliados se expresen libremente en un congreso. Plato único y punto. Lo tomas o lo dejas: la teoría de las lentejas.