>

Blogs

Jose Manuel Balbuena

RETORCIDA REALIDAD

El «ovillo catalán».

«Aquí corremos mucho para quedarnos siempre en el mismo sitio», dijo el conejo de Alicia en el País de las Maravillas. Fiel reflejo, sin duda, de lo que han sido las elecciones catalanas del pasado domingo. Una especie de plebiscito para algunos, cuyos resultados se acabaron leyendo como le dio la gana a cada uno. En función de los escaños si interesaba, o de los votos si era para la cuestión soberanista. Hasta un partido como Ciudadanos -con 25 diputados y casi triplicando su anterior resultado- pedía mientras lo celebraba que se volviesen a convocar otros comicios. Porque lo que hay ahora en Cataluña es barullo: lío político monumental y de lo gordos. Toda vez que nadie ha arrasado con la cuestión independentista, convendrán conmigo que toca gobernar. Gestionar una sanidad, una educación, la pesada losa de la deuda o una recuperación económica en ciernes. Es más, hasta la candidatura de «Junts pel Sí» que consiguió 62 escaños –a 6 de la mayoría absoluta- tiene problemas para designar presidente. A Artur Mas no lo quieren los de la CUP y otras opciones son vistas con recelo desde Convergencia. Por tanto, hay que pensar que estas (no) elecciones sirvieron para poco. Quizá únicamente para demostrar que el «ovillo catalán» no hay dios que lo desenrede. Al día siguiente, los secesionistas siguieron con su mantra, mientras que Mariano Rajoy  ratificó que defenderá sus posiciones bajo «el imperio de la ley». Y en el Camp Nou, en el minuto 17, durante el partido de liga de campeones, volvieron los gritos de  «independencia, independencia». Como se ve: la vida sigue igual. Otras elecciones, las terceras en cinco años, tiradas a la basura. ¿Se puede pensar que este nuevo Govern de la Catalunya, si nace, puede aguantar así cuatro años? De ninguna de las maneras. Se me antoja imposible que con esta inestabilidad, política e institucional, se genere algo positivo. Creo que Cataluña está avocada, irremediablemente, a una nueva convocatoria electoral con todo lo que ello significa: el hartazgo ciudadano de ir una y otra vez a las urnas sin obtener resultado alguno. Estas (no) elecciones se vendieron como el fin del mundo. El todo o nada. El sí o no. Pero han resultado un chasco: un fiasco en toda regla que no ha solucionado nada. Si el cielo político estaba gris, ahora torna negro. Otros cuatro años al menos –si no más- debatiendo sobre lo de Cataluña. El monotema.

Temas

Por JOSE MANUEL BALBUENA

Sobre el autor

Economista y empresario. Colaborador de EL COMERCIO desde hace ya muchos años. Vamos, un currante en toda regla


octubre 2015
MTWTFSS
   1234
567891011
12131415161718
19202122232425
262728293031