La decisión de la comisión directiva de Foro de no hacer campaña junto con el PP tiene trascendencia. Es cierto que no a nivel del resultado final de las elecciones: su votante acabará recalando en la coalición por un lado u otro. Pero sí, evidentemente, de forma interna. Se manda un mensaje –al ser Gijón la primera ciudad (y más importante) que opta hacer la campaña por separado- nítido a la directiva autonómica de Foro. Vamos, que aunque no se diga de forma expresa se entiende un desacuerdo con el pacto. ¿Cuándo se torció la relación de la junta local con Oviedo? En el tumultuoso proceso sucesorio abierto por Álvarez-Cascos poco antes de los comicios municipales. El entonces presidente de Foro Asturias sorprendió –como siempre, diría yo- con la decisión de no presentarse. Más que nada, porque no había tiempo de reacción y se tuvieron que convocar unas primarias exprés con una única candidata: Cristina Coto. Cuando a la Alcaldesa, Carmen Moriyón, se le preguntó por todo esto; respondió que ella y muchos otros estaban en política por la figura de Álvarez-Cascos. Más claro, el agua. Después vendría la debacle electoral y consecuente falta de respuesta: todavía seguimos esperando un análisis claro –y si quieren catártico- de por qué se perdieron el 65% de los votos. Sin tópicos y admitiendo errores cometidos. Diciendo, en definitiva, a sus militantes y simpatizantes la verdad. Ahora con el pacto, ha vuelto a producirse la desconexión de la joya de la corona –el escaparate de gestión para el resto de Asturias- con la directiva del partido. Carmen Moriyón –activo electoral que resistió el envite de la tempestad – no participó en el proceso. Dijo que ella estaba muy centrada en los problemas de la ciudad. Prácticamente, se enteró como usted o yo a través de los medios de comunicación. Es obvio que las relaciones del PP con Foro en Gijón –aunque se han rehecho en los últimos tiempos- no son las mejores. Esto es, no esperen, como sucedió en el Parlamento asturiano, besos y apretones de manos entre ambos partidos a nivel local. La anterior legislatura municipal fue demasiado convulsa –rechazo y derribo por parte de un PP dolido- como para olvidarla de repente. Sin embargo, en la postura de Foro Gijón, insisto, hay algo más: una señal inequívoca de que no gustan para nada cómo se están haciendo las cosas. Cada vez que sucede algo transcendente en el partido: Foro Gijón, o no está, o se le ignora.