Mucho me temo que el nuevo Plan General de Ordenación (PGO) puede acabar convirtiéndose en un Frankestein: un monstruo hecho a base de retales. Es como si, a la hora de intentar negociarlo, cada grupo político quisiese colocar su correspondiente trozo. El consenso básico necesario para sacar adelante -de una vez por todas, diría yo- […]