¿Se echan de menos los viejos tiempos en el Festival Internacional de Cine de Xixón (FICX)? Desde luego que no. La anterior gestión del FICX era caótica: lo dijo un juez ante una demanda presentada por su anterior director, José Luis Cienfuegos. Éste trabajó para el festival sin ningún tipo de soporte documental –contrato o similar- durante ocho años. Además, se le pagaban las facturas por su labor con cinco años de retraso sin que al implicado pareciese importarle. Eso sí, protestó y de forma contundente cuando se produjo el relevo en la dirección. Hasta entonces, el silencio y la opacidad parecían reinar. Ahí, aparte de ganarle un juicio al Teatro Jovellanos que costó 104.886 euros, se supieron detalles mucho más escabrosos. Por ejemplo, que Cienfuegos había intentado registrar la marca FCIX a su nombre. En junio de 2012 la Oficina de Patentes y Marcas le denegó esta posibilidad que había solicitado. Por tanto, el modelo de gestión anterior a 2012 más vale olvidarlo. Sin embargo, eso no es óbice para que nos preguntemos qué está pasando en el FICX. El desfase presupuestario de, ojo, 636.000 euros en dos años, ha hecho saltar todas las alarmas. Para mí, hay un hecho que no tiene discusión: se ha presupuestado muy mal. Desde luego, que se ponga como excusa tener que reabrir los Cines Centro no vale. Esto ya se sabía antes de poner en marcha el festival. Lo de los patrocinios, en fin, puede que no se cierren hasta última hora; ahora bien, en los tiempos que corren hay que calcularlos siempre a la baja. Previsiones optimistas con los fondos que te van a aportar, por desgracia, cero. Al FICX parece haberle invadido ese virus que suele atacar a los eventos culturales: da igual lo que cuesten porque el fin justifica los medios. Lo hemos visto ya tantas veces que el argumento de lo que genera para la ciudad –sobre 800.000 euros se calcularon- carece de sentido. También sirvió en su día para explicar un polémico concierto de Paul McCartney que arrojó 500.000 euros de déficit. Personalmente, como dije, no añoro para nada los viejos tiempos. Aunque se haya decidido en el consejo de administración de la sociedad Divertia buscar un nuevo director, me parece que desde el punto de vista artístico el FICX sigue siendo teniendo éxito. El problema se encuentra única y exclusivamente en el dinero. En que quede bien claro que los gastos se controlan y van en función de las posibilidades de este Ayuntamiento.