>

Blogs

Jose Manuel Balbuena

RETORCIDA REALIDAD

Juego de zorros.

Las presuntas negociaciones para la formación de Gobierno se mueven en un tacticismo insoportable. Cada uno va con la lección aprendida de antemano y no se abre ni una sola oportunidad al verdadero diálogo. Pedro Sánchez acudió a la reunión con Mariano Rajoy con el «no es no» por delante. Ni siquiera hizo el más mínimo gesto para negociar algún tipo de acuerdo con Rajoy. Sánchez, lo que quiere son dos cosas. Primera, una corrida con picadores. Esto es, que Mariano vaya a la sesión de investidura para que él –y en general, toda la oposición- le clave sus pullas. Y segunda, que ésta fracase para tener su oportunidad. Es decir, una alianza imposible de partidos que tendría como único fin formar un Gobierno con 85 diputados. Desde cualquier punto de vista, totalmente descabellado. Con argumentos como «Si las derechas dicen no al PP, ¿por qué la izquierda va a apoyar a la derecha?», el líder del PSOE desvela claramente cuál es su visión del tema. Una guerra entre supuestas «izquierdas» y «derechas» con un país llamado España de por medio. Una especie de conflicto ideológico donde todos somos meros rehenes de los intereses partidistas. Ahora bien, se olvida Sánchez de que hace muy poco pactó con esas «derechas» sin ningún pudor. Cuando le convino firmó un acuerdo con Ciudadanos después del 20-D, sin mostrar en ningún momento esas posiciones maximalistas de las que ahora tanto presume. La postura de Sánchez condicionó, obviamente, el resultado de la reunión entre Rajoy y Albert Rivera. Un solo gesto del secretario general del PSOE hubiese abierto la posibilidad de un «sí» de Ciudadanos al PP. Sin embargo, Rivera endosó la presión a los socialistas –aceptando negociar la estabilidad de un futuro Ejecutivo-  pero siempre enrocado en su «abstención técnica» para la investidura. Quiere que el PSOE cambie a toda costa de planteamiento para hacer valer el suyo. ¡Seguimos dando vueltas a la noria! Mientras tanto, los políticos que tanto presumen de venerar la Constitución, no paran de retorcerla. Rajoy no tiene ni la más mínima intención de presentarse en el Parlamento, en tanto no tenga atado (y bien) un acuerdo. Aceptó el encargo del Rey y punto pelota. A día de hoy nadie sabe cuál es el plazo que se da para ir al Congreso. Otra vez, se vuelve a violar el espíritu constitucional en función del interés de cada uno. Aquí de lo que estamos hablando, no es de la necesidad imperativa de un país sin Gobierno desde hace siete meses, sino de que cada partido salga lo mejor parado posible de cara a su electorado. No vaya a ser que, Dios no lo quiera, volvamos a tener unas nuevas elecciones.

Temas

Por JOSE MANUEL BALBUENA

Sobre el autor

Economista y empresario. Colaborador de EL COMERCIO desde hace ya muchos años. Vamos, un currante en toda regla


agosto 2016
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
293031