Habrá que acostumbrarse a lo que va a pasar de forma cíclica. Desde que los resultados electorales fueron tan dispersos (seis grupos municipales), en Gijón se habla regularmente de una moción de censura. Protagonizada, claro está, por la izquierda que tiene mayoría de ediles en el Consistorio. Salió a colación en la toma de posesión como alcaldesa de Carmen Moriyón, al primer año de su mandato y ahora, con el debate sobre el estado de municipio en ciernes, se vuelve a repetir. Todo ello, basándose en la creencia errónea de que PSOE, IU y, sobre todo, Xixón Sí Puede (XSP), son grupos homogéneos. Es decir, que reina la harmonía entre ellos y tienen un programa común a desarrollar. Nada más lejos de la realidad. Puede que sea el caso del tándem IU-PSOE, y de hecho, sería como volver a reeditar el pacto de gobierno que durante tantos años protagonizaron. Sin embargo, a este dúo le hace falta un socio para formar tripartito: Xixón Sí Puede. El grupo afín a Podemos ha demostrado de manera reiterada que sus relaciones con los socialistas no son buenas. Tampoco tan malas como a nivel del Principado, pero en absoluto están a partir un piñón. Más que nada, porque XSP es bastante crítico con su etapa de gestión. Digamos que tanto PSOE como IU quieren atraerlo por gravedad como si fuera un planeta, y la formación morada se les resiste. Esta vez, desde la filas de IU se han dirigido por carta a ambos partidos llamando a formar un «gobierno a la valenciana». Dicen que en Gijón se está produciendo una anomalía democrática, ya que, si la izquierda tiene mayoría, urge que se ponga de acuerdo casi por mandato divino. Yo pregunto, ¿es normal que IU apruebe unos presupuestos con el PP? Pues sucedió en el Ayuntamiento de Oviedo la pasada legislatura. ¿Es normal que el PP apoye al PSOE en sus cuentas? Pues sucedió en el Parlamento asturiano. Por tanto, que nos hablen de buscar normalidad cuando las fronteras ideológicas están rebasadas resulta absurdo. A XSP, sin duda, le ha ido muy bien con Foro. Los de Mario Suárez del Fueyo han conseguido múltiples prebendas -algunas levantando ampollas- del partido gobernante. No creo que con el PSOE e IU les hubiese sucedido igual. Es más, probablemente los rifirrafes y desencuentros hubiesen sido mucho mayores. XSP se ha asentado en la política municipal con mayor moderación de la esperada. Incluso con aciertos –son líderes en la búsqueda de soluciones a nuestra falta de saneamiento- bastante notables. Entonces, digo, si algo va bien, ¿por qué cambiarlo?