Al igual que en la famosa película «Airbag», estamos buscando un concepto para la renta social municipal. El miércoles de la semana pasada, varios concejales de Xixón Sí Puede (XSP) e IU se reunieron con altos cargos de la consejería de Servicios y Derechos Sociales. Como resultado, los ediles de XSP lanzaron las campanas al vuelo con un «Sí se puede» sobre la nueva prestación. ¿Dónde estaba la concejala de Bienestar Social, Eva Illán? Desde luego, en Oviedo no. Probablemente, en su despacho esperando órdenes de los verdaderos gestores: XSP e IU. No pasó ni un día y la consejera asturiana del ramo, Pilar Varela, lo dejó muy claro: cualquier tipo de prestación periódica es incompatible con el salario social y daría lugar a su pérdida. Volvemos a retomar el concepto. Habrá ayudas, según parece, en función de si eres perceptor o no del salario social básico del Principado. En el primer caso, serán finalistas. Es decir, se dará una cantidad para cosas como arreglos dentales, gastos farmacéuticos o funerarios. Nótese cómo la casuística va subiendo. Al principio era sólo para unas gafas, ahora ya entra hasta el entierro. En el segundo, es decir, a quien no perciba ningún ingreso, el Ayuntamiento le pondrá una renta básica pura y dura. El objetivo es que ningún gijonés viva con menos de 532 euros al mes. Da igual, por lo visto, que el Principado haya admitido disfunciones en todos estos años de gestión del salario social. O dicho de otra forma: que su puerta de entrada sea muy ancha –el presupuesto y beneficiarios no para de crecer cada año- y la de salida muy estrecha. O que sea considerado no como un medio, sino un fin. Es decir, una ayuda para subsistir mientras se encuentra empleo, pero que se acaba convirtiendo casi en una forma de vida. Tampoco que haya fallos administrativos que desincentivan la búsqueda del trabajo: quien sale del mismo porque encuentra un puesto, tiene que ponerse a la cola cuando lo pierde. Consecuencia: muy pocos lo dejan. No pasa nada. Hay que meter a calzador la renta social municipal y gastarse los 7,7 millones de euros. Incluso de este nuevo maná municipal, quiere participar la Unión de Comerciantes. Reclaman su parte de una economía subvencionada que se retroalimenta a sí misma. Proponen que los beneficiarios del Plan de Emergencia Social-Renta Social Municipal gasten en sus comercios mediante una colaboración. El concepto es el concepto. Ahora son los comercios locales, luego vendrán las farmacias, las tiendas de muebles, reparadores, los taxis para ir al médico… La nueva renta social municipal convertirá Gijón, no lo duden, en un mundo feliz.