El PSOE confirmó que llevará al Congreso una iniciativa planteada por los sindicatos. Los desempleados tendrán una «prestación de servicios mínimos» de 426 euros al mes, siempre que sus ingresos sean inferiores al 75% del salario mínimo. La medida, según UGT y CCOO, costaría aproximadamente 11.000 millones de euros. El economista de cabecera de los socialistas, José Carlos Díez, dijo sobre esto: «los de Marruecos, los del Congo y los de Uganda querrán venir aquí, a tener una renta básica». A lo que añadió «no es que pongas el muro de Trump, tendrás que poner francotiradores». Posteriormente, cuando el dios de lo políticamente correcto le vino a ver, pidió disculpas por sus palabras. Podemos se tira de los pelos por la propuesta del PSOE. Lo de la renta básica universal es casi marca registrada. Según sus teorías, se podría implantar un sueldo de 600 euros al mes para cada español. Esto es, independientemente de su situación o circunstancias. El monto total, según la formación morada, sería aproximadamente 15.158 millones de euros. Los distintos gobiernos autonómicos también han ido implantando mecanismos parecidos para garantizar un mínimo vital. En Asturias, como saben, se llama salario social básico. Tiene en la actualidad 20.436 beneficiarios que crecen cada año, y un coste de 109 millones de euros al que le sucede un tanto de lo mismo. A esto se han ido sumando también los ayuntamientos. En La Coruña, por ejemplo, ya tienen una renta social municipal y en Gijón se está implantando. Xixón Sí Puede e IU, junto con Foro como partido gobernante, pretenden que ningún gijonés viva con menos de 532,21 euros mensuales. ¿Qué está pasando? ¿A qué estamos asistiendo? No lo duden: hay una burbuja creada en torno a lo de la renta básica. Cada una de las administraciones, tal parece, quiere crear la suya para mayor gloria. Eso sí, no sabemos cómo o si las mismas serán compatibles entre sí. O sea, si un ciudadano recibirá tres ayudas, dos o ninguna. Y lo más importante, ¿quién paga toda esta fiesta? Los defensores del concepto acuden a la teoría del trabajo robotizado. Es decir, debido al incremento de robots en los procesos de producción los empleos se irán perdiendo. Es hora, pues, de recibir un salario del Estado. Sin ir más lejos, este artículo lo acabará escribiendo una máquina, mientras que yo estaré por ahí rascándome el escroto. Como comprenderán, a día de hoy, eso es ciencia ficción. Sin embargo, sus valedores pretenden adelantarse quizá un siglo y ponerlo en marcha ya. En fin, a mí esto me suena como la novela «Un mundo feliz» de Aldous Huxley. Sin guerra, sin pobreza, sin tener que trabajar…