Sí, soy un pecador. Un criminal ecológico. Lo peor de lo peor. Necesito ir a trabajar utilizando un motor y ruedas. En concreto, las de mi moto. Aunque a veces, lo reconozco, también en coche. No queda muy bien decirle a un señor de setenta años: ¡hala, coja la bicicleta que nos vamos a hacer […]