¿Por qué? Es lo que se anda preguntando el equipo de gobierno municipal. Por qué cada vez que presenta el presupuesto de una empresa o ente municipal, la oposición lo tumba sin mayores miramientos. Le ha pasado con el de la Empresa Municipal de Aguas y Centro Municipal de Empresas. A los cuales esta semana pueden añadirse todavía más rechazos, en una cadena que resulta dolorosa e incomprensible para los de Carmen Moriyón. Todo ello, junto con la no aprobación de las ordenanzas fiscales, arroja un panorama muy sombrío sobre las cuentas para el año que viene. Es más, a día de hoy podemos decir que estamos más cerca de una prórroga que de cualquier otra cosa. La clave en esta próxima negociación, según parece, se va a encontrar en el servicio de ayudas a domicilio. Una remunicipalización muy deseada por la izquierda, a la postre, Xixón Sí Puede (XSP) e IU, y que costaría, según informes de Intervención, sobre tres millones de euros de sobrecoste al Consistorio. Como ven, no es moco de pavo. La concejala de Hacienda, Ana Braña, dijo en estas mismas páginas que «ningún informe jurídico ni económico avala la municipalización de este servicio». Sin embargo, desde XSP les ha faltado tiempo para recalcar que ellos han presentado ya tres, apoyando que se dé el paso. Por informes –de un signo y el contrario- no parece que vaya a ser. Además, la formación morada quiere asegurar «la continuidad de la renta social municipal y el aumento de su dotación». Ahora ampliándola a quienes no tienen ningún ingreso o por debajo del mínimo. En fin, siempre les dije lo mismo sobre la prestación estrella de esta legislatura: nació para ir creciendo hasta el infinito y más allá. Sin límite alguno ejercicio tras ejercicio. Por tanto, el quid de este año en la negociación presupuestaria –al igual que el pasado- va a consistir en ver si Foro traga con las propuestas más onerosas de la izquierda. Es decir, si hace un Ayuntamiento todavía más volcado –y mira que ya lo está- hacia la ayuda social (el famoso «rescate ciudadano»), olvidándose de todo lo demás que conlleva una cuidad (infraestructuras, nuevos viales, etcétera). Un ente mastodóntico que ya no sólo se conforma con ser una máquina de subvenciones, sino que pretende tener en nómina a un ejército de funcionarios. Hoy el presupuesto viene condicionado por la situación de doscientas trabajadoras que prestan el servicio de ayuda a domicilio. Pero, y mañana, ¿qué? ¿Qué servicio debe también remunicipalizarse? ¿El de préstamo de bicicletas que es muy guay y está en declive? ¿El de conservación viaria? ¿El de mantenimiento de luminarias y semáforos? Lo dicho: hasta el infinito y más allá.