Hoy voy a comentarles una buena noticia: la llegada a Gijón de una multinacional. Hecho destacado porque, de un tiempo a esta parte, lo que veíamos por aquí era todo lo contrario, es decir, cómo cerraban y se iban. Fue el caso de Suzuki, Tenneco, etcétera. Pues bien, el pasado miércoles se produjo el desembarco en nuestra ciudad del Centro de Servicios Global de Chemours. Una firma de nivel mundial con 8.000 empleados y presencia en 35 países. Durante la inauguración de su sede -situada en el edificio de la Fundación Laboral de la Construcción en Tremañes- supimos algo, cuando menos, sorprendente. Me refiero a que desde el Ayuntamiento se reconoció que la falta de espacio frena la llegada de grandes empresas. Según el concejal del ramo, Fernando Couto, diferentes compañías se pusieron en contacto para mostrar su interés por instalarse aquí. Dicho de otra manera: parece que existe una necesidad real de suelo para empresas con plantillas de entre 80 y hasta 400 trabajadores. Todo ello, según Couto, por el «polo de atracción» que ejerce el Parque Científico y Tecnológico y la Milla del Conocimiento. Pues bien, la pregunta que me hago es, ¿y a qué esperamos para ofrecérselo? Si, efectivamente, hay esa demanda de oficinas para este tipo de ingenierías en fase de crecimiento, ¿por qué no centramos nuestros esfuerzos en eso? Sin embargo, entiendo que esto no ha sido una prioridad en absoluto. Veo una contradicción evidente entre esta necesidad declarada y la política que se ha puesto en práctica. De hecho, lo que más se ha planteado hasta ahora es la compra de inmuebles que no entran ni por asomo en ese mercado. Ejemplo, Quinta La Vega que se adquirió por 1,3 millones de euros. Una construcción decimonónica que para nada se ajusta a este canon. Digo más, puede albergar Pyme -casi micro- que nada tienen que ver con lo que se solicita. Por no hablar de las rehabilitaciones que se están llevan a cabo: Tabacalera ni siquiera se sabe para qué será y el edificio de la Escuela de Comercio acabará convertido en archivo municipal. Insisto, desde el gobierno local, no se ha puesto en marcha ninguna política de suelo para oficinas, sino la de adquirir inmuebles históricos que nada pueden aportar en este sentido. Otro ejemplo: cuando se habló del interés municipal por la antigua sede de la Autoridad Portuaria en Claudio Alvargonzález. El Centro Municipal de Empresas nos dice que quiere generar oferta a través de acuerdos tanto públicos como privados. La verdad, no es tan fácil y requiere tiempo. Igual demasiado como para que esperen por nosotros. Nuestra alcaldesa, Carmen Moriyón, calificó la llegada de Chemours como un «hito». No lo duden: necesitamos en nuestro Gijón del alma muchos más hitos como éste.
@balbuenajm