El Ayuntamiento ha lanzado una oferta de cinco millones de euros por el suelo del PERI-100. Ya saben, ese convulso espacio de 38.730 metros cuadrados situado en la Ería del Piles. La razón principal para tan sorprendente compra es que la iniciativa privada es incapaz desarrollar el plan especial. Esto es, Astur Promotora, que llevaba trece años (2005) intentando poner en marcha un proyecto de ocio para la zona, se encuentra en liquidación y el administrador concursal ha puesto a la venta los terrenos. Eso sí, no sin refriegas con los acreedores puesto que todavía hay flecos pendientes. En cualquier caso, recuerden que esta zona tiene una truculenta historia detrás. Pleitos y más pleitos con los vecinos de la Ería que duran hasta el día de hoy, intento de construir una torre de cuarenta metros en forma de apartotel y, finalmente, un centro comercial que nunca verá la luz.
Pues bien, cuando uno realiza una operación inmobiliaria de este calibre, obviamente, tiene que tener claro para qué. Es decir, el uso que le va a dar a semejante desembolso y su viabilidad. Desde el equipo de gobierno nos dicen que es para recuperar ese entorno para la ciudad, motivo muy loable pero insuficiente a todas luces. Meterse en semejante avispero -ojo, que el plan especial que lo sustenta está impugnado por los propietarios minoritarios- requiere de cálculos mucho más precisos y razones poderosas. Por esa regla de tres, si cada vez que un suelo que tiene dificultades para desarrollarse acaba en manos del Ayuntamiento, sería propietario de terrenos desde Castiello hasta el antiguo astillero de Naval Gijón. Digo más, lo que tienen pensado para el día después de la adquisición carece de mucho sentido: desarrollar un gran equipamiento público con mucho verde y una zona de ocio a imagen de la de El Molinón. Pregunto, ¿y quién va a pagar la construcción de ese equipamiento? ¿También va a salir acaso de las arcas municipales? Si nadie manifiesta interés alguno por el proyecto -de hecho, la oferta municipal es la única que tiene el administrador concursal-, ¿por qué se cree el equipo de gobierno más listo que los demás? ¿Acaso por qué tira con pólvora del Rey?
Sin duda, tiene razón la oposición cuando critica esta capacidad inversora virtual. En ningún modo, avalada por la situación financiera que, como saben, está pendiente de que se apruebe un plan de ajuste para cumplir con la regla de gasto. Los compromisos adquiridos son tales -sumen: 90 millones para el plan de vías, un millón ofrecido para el grado de Deporte, el rescate de los aparcamientos, los pagos a la ZALIA, la compra de la finca La Formigosa para el Parque Tecnológico, la derrama todavía por cuantificar para la puesta en marcha de la autopista del mar, etcétera- que hacen de esta compra una auténtica quimera. Quizá nada más que un globo sonda para conocer nuestra opinión.
@balbuenajm