La crisis que está viviendo Foro Asturias es de las que hacen daño. Vamos, de las que se rige por el llamado efecto mariposa: ya saben, el aleteo de un lepidóptero cualquiera en algún lugar planeta, puede producir un huracán a miles de kilómetros. Un hecho en principio administrativo -el cambio de categoría y salario de una asesora del grupo parlamentario- ha acabado con una tensión más que evidente entre la presidenta, Cristina Coto, y el resto de diputados. No digamos ya con el secretario general, Francisco Álvarez-Cascos, a quién culpa de este episodio porque «algunos necesitan tener siempre en sus vidas un enemigo a batir en la propia casa».
El caso es que nos encontramos ante un partido tocado electoralmente al que las guerras internas no le convienen en absoluto. Por no decir, claro, que puede ser la puntilla de cara a los comicios del año que viene. Recordemos lo que ocurrió. Pocas formaciones en la historia democrática asturiana habrán tenido el caudal de ilusión que le aupó al poder. Quizá el PSOE de Vicente Álvarez Areces y nadie más. Crearse desde cero y tener 16 diputados con posibilidad de gobernar, repito, es un fenómeno que igual no volvemos a ver. Ahora bien, todo esto, sin duda, el partido de Álvarez-Cascos, no lo supo aprovechar. Su paso por el gobierno fue fugaz (apenas ocho meses) y doloroso para sus votantes. Esperaban más, mucho más, de un Cascos al que los asturianos le habían dado un cheque en blanco. Dicho de otra manera: Don Francisco no tenía que haber convocado elecciones anticipadas cuando la oposición rechazó sus presupuestos. Fue un error, un inmenso error, porque se ha demostrado que los tiempos políticos actuales son así: se gobierna a través de modificaciones presupuestarias. Vean si no el caso de Javier Fernández o la propia alcaldesa de Gijón, la forista Carmen Moriyón.
Como consecuencia, Foro cayó en picado al conseguir sólo tres diputados en la cita electoral de 2015. Cristina Coto, como candidata en aquella ocasión, siguió al frente como si nada hubiese pasado. Sin embargo, la militancia ahora exige un cambio y que Moriyón tome el mando. Algo que Coto tampoco lleva bien. Según ella misma, se enteró por los medios de comunicación de que una agrupación tras otra clamaba por la alcaldesa gijonesa. En otras palabras, que la desplazaban del cargo -y por supuesto, de la candidatura al Principado- sin más. Ayer se convocó la comisión directiva con carácter extraordinario para tratar el asunto. La presidenta ni asistió. El resultado fue una desautorizaron por amplia mayoría, quedando claro que le queda poco. «Game over» para la ex del PP. Parafraseando la célebre cita de Álvarez-Cascos en 1998 tras la crisis con Sergio Marqués, tal parece que Foro Asturias está «sin partido y sin gobierno».
@balbuenajm