>

Blogs

Jose Manuel Balbuena

RETORCIDA REALIDAD

Como una bola.

30077524-624x416La Empresa Municipal de Vivienda (Emvisl) se creó en junio de 1996. Su objetivo era llevar a cabo actuaciones para facilitar el acceso a la vivienda. Esto es, se consideraba que existía -aunque luego alcanzó su cénit con la burbuja de 2006 y consiguiente escalada de precios- un problema de cara a poder alquilar o comprar (más lo primero) un inmueble en nuestra ciudad. Desde su nacimiento -bajo el impulso político del PSOE e IU que gobernaban en coalición- la cantidad destinada como ayudas al pago de la renta no han parado de crecer. En 22 años ya de Emvisl se pasó por todo tipo de vicisitudes: desde una época de la expansión inmobiliaria a la depresión más profunda, encontrándose en la actualidad el mercado en una situación de estabilidad. Sin embargo, como digo, las subvenciones al alquiler han seguido subiendo como si les echasen levadura. Desbordando siempre el presupuesto hasta límites insospechados. Durante el pasado mes de junio, Emvisl desembolsó 2,3 millones de euros y dejó comprometidos otros 1,6 millones. O sea, ha liquidado en seis meses el 97,5% del dinero destinado al ejercicio. Dicho de otra forma: ya no quedan fondos para conceder nuevas ayudas. Todo ello, según datos del propio ente municipal, debido a la última modificación de las bases en julio de 2017, donde se incrementó en dos años el tiempo máximo de percepción. Resumiendo: no sólo se solicitan más y más cada día, ojo, independientemente de que la situación económica sea mejor, sino que también se alargan las prestaciones.

Resultado: el colapso. Las ayudas al alquiler -un clásico dentro del mundo subvencionado- se han convertido en un subsidio en toda regla. Van a seguir creciendo, como una bola de nieve, independientemente de las circunstancias inmobiliarias o económicas. Lo que se creó para dar respuesta a un problema puntual se ha transformado en algo permanente. Más o menos, dependen de ellas unas 4.000 familias en nuestra ciudad. Pregunto, ¿y ahora qué? ¿Se sigue cebando la bomba aumentando su cuantía, pese a que hay que cumplir obligatoriamente un plan económico y financiero que implica recortes? ¿Se les intenta poner coto, tal y como pide la propia Emvisl al pedir que se renuncie a un programa para estudiantes, o seguimos con la barra libre?

Un anticipo de cómo puede acabar esto lo tienen en la rehabilitación de fachadas. Actualmente, suspendido el programa por desbordamiento. Hay 400 expedientes pendientes de resolución que conllevan sobre 80 millones de euros de gasto. Para este año está previsto, porque no se puede sobrepasar el límite legal, dedicarle sobre unos 7,6 millones. Echen ustedes cuentas de cuánto le van a tardar a pagar si están esperando por la subvención.

@balbuenajm

Por JOSE MANUEL BALBUENA

Sobre el autor

Economista y empresario. Colaborador de EL COMERCIO desde hace ya muchos años. Vamos, un currante en toda regla


julio 2018
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031