El llamado «caso enredadera», ya saben, esa presunta trama de corrupción que está asolando a múltiples ayuntamientos, fue objeto de un Pleno extraordinario en el de Gijón. Todo ello, a pesar de que aquí el juzgado de instrucción número dos de Badalona -quien lleva el asunto- no ha pedido ni un sólo documento. Es más, tampoco, como pasó en el vecino Oviedo, aparecieron agentes de la UDEF para registrar absolutamente nada, ni a ningún funcionario municipal se le imputa por causa alguna. Unas escuchas policiales efectuadas donde se mencionaba abundantemente al secretario general de Foro, Francisco Álvarez-Cascos, fueron motivo más que suficiente para que la oposición municipal sacase el cuchillo. Pues bien, si algo han demostrado los cabecillas de esta supuesta corruptela es que son, como decimos en Asturias, unos auténticos «babayos». Es decir, personajes que fanfarronean constantemente con influencias imaginarias, contactos por doquier y hasta una especie aura mágica para conseguir lo que se proponen. Sólo con leer la transcripción de las conversaciones entre ellos -donde insinúan hasta la compra del Sporting- se da cuenta uno de lo que tiene delante: unos vendedores de crecepelo en toda regla.

Sin embargo, y teniendo como base únicamente que buena parte de lo grabado es una fantasmada de individuos, insisto, que comen una y cuentan veinte; la oposición desarrolló un Pleno de desgaste. O sea, el objetivo de la sesión no era sólo conocer si había alguna influencia de estas empresas, sino también ejercer acoso y derribo sobre el equipo de gobierno. Recuerden que apenas quedan nueve meses para las elecciones y, por tanto, cualquier ocasión para un ataque es buena. No digamos ya si de lo que se trata es de temas de corrupción. La alcaldesa, Carmen Moriyón, se defendió de las acusaciones en dos frentes. Primero, que, obviamente, la trama intentó entrar en el Consistorio pero no lo consiguió y segundo, que no hubo ninguna influencia en ella o su equipo por parte de nadie. Ojo, llegando incluso a afirmar que «En Gijón Foro soy yo», para recalcar la autonomía de su organización con respecto al resto del partido. Además de poner a disposición del juez los once informes recabados entre los distintos servicios municipales.

Ahora bien, esto, faltaría, tampoco fue suficiente para convencer al resto de los grupos. Por unos motivos o por otros, nadie salió satisfecho y todos piensan que el caso da para más. Hasta se ha creado una comisión no permanente -apoyada por unanimidad- para estudiar posibles vinculaciones del Ayuntamiento con esta «enredadera». Lo que, francamente, con un tema judicializado y que está siendo investigado a tope, no tiene mucho más recorrido que seguir enredando. En esta ocasión, nunca mejor dicho.

@balbuenajm