Tenga que utilizar o no el GPS para andar por Gijón, Ana González será la candidata del PSOE a la Alcaldía. Así lo han decidido los 839 militantes que el pasado domingo fueron a votar a la Casa del Pueblo, en un proceso que podríamos calificar de ejemplar. Las primarias socialistas locales han sido todo un éxito, no sólo en participación (70%), sino también en lo referente a su organización. Voto directo de la militancia y sin tapujos. Desde luego, hay que felicitarles por el ejemplo de democracia interna que acaban de dar.
Dicho esto, vamos con los resultados. González ha ganado, sí, pero por menos de lo esperado. José Ramón Tuero apenas se quedó a 19 votos de ser elegido. Un margen mucho menor del que se había dado en la primera vuelta. Recordemos que entonces la diferencia fue de 100 votos, quedando pendiente de ver dónde recalaban los 129 que había conseguido el tercer candidato, Constantino Vaquero. Está claro, pues, que existen dos corrientes diferenciadas y que dividen a la militancia casi a la mitad. Miren si no lo que pasó en la elección del secretario general que se celebró en noviembre de 2017. La distancia entre Iván Ardura (sector oficial) y el concejal Monchu García (crítico) fue tan sólo de 27 votos. Por tanto, estamos hablando de que en la agrupación local todavía queda mucho del antiguo PSOE, pese a que las bases siguen optando por las candidaturas de Pedro Sánchez. Incluso podríamos decir que el «sanchismo» vence, claro, pero no arrasa. Ambas formas de entender el partido tendrán que entenderse si no quieren fracasar en las urnas.
Por lo demás, la ex consejera de Educación tiene delante un reto: devolver al socialismo local el esplendor de otros tiempos. Ocho años de oposición son demasiados para quienes estaban acostumbrados a ganar, diríamos que casi por decreto. De hecho, era nominar candidato y verlo como el futuro alcalde. Ahora no. Los tiempos han cambiado y nadie aspira a obtener una mayoría cómoda. Ni siquiera una donde haya un acuerdo entre dos formaciones, como hizo el propio PSOE e IU durante mucho tiempo. Ana González lo sabe y por eso ya lanza mensajes. «Espero que Podemos deje su mirada antigua», fueron sus primeras declaraciones. Aviso a navegantes para que no vuelva a repetirse la situación que se dio en esta legislatura. Una mayoría de izquierdas en el Consistorio que fue incapaz de llegar a acuerdos para gobernar. Eso contando con que el PSOE sea la fuerza más votada, algo que está por ver. Así y todo, pese a las críticas por su escasa relación en el tejido social gijonés, se le ha dado a González esta responsabilidad. Lo primero que va a tener que hacer, sin duda, es unir al partido. Les digo: no es poco.
@balbuenajm